Puno, 8 de agosto de 1825.
[Al Coronel Diego Ibarra]
Mi querido Diego: Como yo cuento con que tú vendrás a Guayaquil he dicho a mi buen don Simón que te pida el favor de traerle sus efectos que están por allá como perdidos.
Haz todo como si fuese mío. Tu amigo.
BOLÍVAR.
Memorias a tu esposa.
[Esta carta es una anotación del Libertador a la siguiente de don Simón Rodríguez.]
Puno, 8 de agosto de 1825.
Señor Coronel Diego Ibarra.
Carísimo amigo: Mucho me afectó la noticia del desgraciado (...)
Puno, 8 de agosto de 1825.
Sra. María Antonia Bolívar.
Caracas.
Mi querida hermana: Don Simón Rodríguez me ha entregado aquí mil pesos fuertes para que yo los libre a favor del Sr. Dr. Miguel Peña en Valencia Como no tengo allí dinero, harás que se le entregue en aquella ciudad esta cantidad por mi cuenta; o bien él podrá librar contra ti la misma suma en Caracas. Si por algún evento no hubiere dinero mío en tu poder, pídelo prestado y ponlo a disposición del Sr. Dr. Peña, pues este crédito es de (...)
Cuzco, a 12 de julio de 1825.
Señor Don José Joaquín Olmedo.
Mi querido amigo: Anteayer recibí una carta de Vd. de 15 de mayo, que no puedo menos de llamar extraordinaria, porque Vd. se toma la libertad de hacerme poeta sin yo saberlo, ni haber pedido mi consentimiento. Como todo poeta es temoso, Vd. se ha empeñado en suponerme sus gustos y talentos. Ya que Vd. ha hecho su gasto y tomado su pena, haré como aquel paisano a quien hicieron rey de una comedia y decía: "Ya que soy rey, haré (...)
Cuzco, 10 de julio de 1825.
[Señor Esteban Palacios]
Mí querido tío Esteban y buen padrino: ¡Con cuánto gozo ha resucitado Vd. ayer para mí!
Ayer supe que vivía Vd. y que vivía en nuestra querida patria. ¡Cuántos recuerdos se han aglomerado en un instante sobre mi mente! Mi madre ¡mi buena madre! tan parecida a Vd., resucitó de la tumba, se ofreció a mi imagen. Mi más tierna niñez, la confirmación y mi padrino, se reunieron en un punto para decirme que Vd. era mi segundo padre. Todos mis tíos, todos (...)
Cuzco, 10 de julio de 1825.
Señor Coronel Diego Ibarra.
Mi querido Diego: He recibido ayer con mucho gusto cinco cartas tuyas todas juntas. Te diré que me han llenado de ternura y aun de compasión, pues no se puede tolerar la idea de que te apartes de mí, por causas que tú mismo te has labrado. En fin, lo pasado, pasado; y a lo hecho, pecho. Vamos a remediar tus males.
Te mando una libranza de tu haber de Angostura que vendí por mi cuenta. Según entiendo o me acuerdo, la casa tuya no valía más (...)