.
Portada del sitio > 2) Período (09ENE 1825 AL 10DIC 1830) Correspondencia Personal > DOCUMENTO 160. CARTA DESDE CUZCO, DIRIGIDA A SU TÍO ESTEBAN PALACIOS, (...)

DOCUMENTO 160. CARTA DESDE CUZCO, DIRIGIDA A SU TÍO ESTEBAN PALACIOS, ESCRITA AL CONOCER LA NOTICIA DE SU RE­GRESO A CARACAS. RECUERDA EL LIBERTADOR SU FAMILIA, SU VIDA DE INFANCIA Y JUVENTUD Y LOS SUCESOS DE LA EMANCIPACIÓN, CON SUS DEVASTADORES EFECTOS SOBRE LAS GENTES Y LA CIUDAD DE CARACAS. SE HA LLAMADO A ESTA CARTA "LA ELEGÍA DEL CUZCO*

Cuzco, 10 de julio de 1825.

[Señor Esteban Palacios] [1]

Mí querido tío Esteban y buen padrino: ¡Con cuánto gozo ha resucitado Vd. [2] ayer para mí!

Ayer supe que vivía Vd. y que vivía en nuestra querida patria. ¡Cuántos recuerdos se han aglomerado en un instante sobre mi mente! Mi madre  [3] ¡mi buena madre! tan parecida a Vd., resucitó de la tumba, se ofreció a mi imagen. Mi más tierna niñez, la confirmación y mi padrino, se reunieron en un punto para decirme que Vd. era mi segundo padre. Todos mis tíos, todos mis hermanos, mi abuelo, mis juegos infantinos, los regalos que Vd. me daba cuando era inocente. . . todo vino en tropel a excitar mis primeras emociones... la efusión de una sensibilidad delicada [4]... Todo lo que tengo de humano se removió ayer en mí: llamo humano lo que está más en la naturaleza, lo que está más cerca de las primitivas impresiones. Vd., mi querido tío, me ha dado la más pura satisfacción, con haberse vuelto a sus hogares, a su familia, a su sobrino y a su patria. Goce Vd., pues, como yo, de este placer verdadero, y viva entre los suyos el resto de los días que la Providencia le ha señalado, y para que una mano fraternal cierre sus párpados y lleve sus reliquias a reunirías con las de los padres y hermanos que reposan en el suelo que nos vio nacer [5].

Mi querido tío: Vd. habrá sentido el sueño de Epiménides; Vd. ha vuelto de entre los muertos a ver los estragos del tiempo inexorable, de la guerra cruel, de los hombres feroces [6]. Vd. se encontrará en Caracas como un duende, que viene de la otra vida y observa que nada es de lo que fue. Vd. dejó una dilatada y hermosa familia; ella ha sido [7] segada por una hoz sanguinaria: Vd. dejó una patria naciente que desenvolvía los primeros gérmenes de la creación y los primeros elementos de la sociedad; y Vd. lo encuentra todo en escombros. . . todo en memorias. Los vivientes han desaparecido: las obras de los hombres [8], las casas de Dios, y hasta los campos han sentido el estrago formidable del estreme­cimiento de la naturaleza. Vd. se preguntará a sí mismo ¿dónde están mis padres?. . . dónde mis hermanos? [9]. . . dónde mis sobri­nos? . . . Los más felices fueron sepultados dentro del asilo de sus mansiones domésticas, y los más desgraciados han cubierto los cam­pos de Venezuela con sus huesos, después de haberlos regado con su sangre. . . por el solo delito de... haber amado la justicia [10]. Los campos regados por el sudor de trescientos años, han sido agos­tados por una fatal combinación de los meteoros y de los crímenes. ¿Dónde está Caracas?... se preguntará Vd. Caracas no existe; pero sus cenizas, sus monumentos, la tierra que la tuvo, han que­dado resplandecientes de Libertad, y están cubiertos de la gloria del martirio. Este consuelo repara todas las pérdidas, a lo menos, este es el mío, y deseo que sea el de Vd.

He recomendado al Vicepresidente [11] las virtudes y los talentos que yo he reconocido en Vd. Mi recomendación ha sido tan ar­diente como la pasión que le profeso a mi tío. Dirija Vd. al Poder Ejecutivo sus miras, que ellas serán oídas. Al mismo Poder Ejecu­tivo he suplicado mande entregar, a la orden de Vd., cinco mil pesos en Caracas, para que pueda Vd. vivir mientras nos veamos, lo que será el año que viene. Mi orden ha sido al Ministro de Hacienda, para que de Bogotá le manden a Vd. la correspondiente libranza.

Adiós, querido tío: consuélese Vd., en su patria, con los restos de sus parientes; ellos han sufrido mucho; mas les ha quedado la gloria de haber sido siempre fieles a su deber. Nuestra familia se ha mostrado digna de pertenecemos, y su sangre se ha vengado por uno de sus miembros. Yo he tenido esta fortuna. Yo [12] he reco­gido el fruto de todos los servicios de mis compatriotas, parientes y amigos. Yo los he representado a presencia de los hombres; y yo los representaré a presencia de la posteridad. Esta ha sido una dicha inaudita: la fortuna ha castigado a todos. . . tan sólo yo he recibido sus favores. . . los ofrezco a Vd. con la efusión más sincera de mi corazón.

BOLIVAR [13].

* De este Documento existen dos versiones originales, ambas firma­das por el Libertador, lo que ha planteado un delicado problema que la Comisión ha estudiado atentamente, dada la importancia capital de esta carta que se ha llamado con propiedad "la Elegía del Cuzco". La Sra. Josefina Palacios de Salvatierra, en Caracas, descendiente del destinatario Don Esteban Palacios, conserva un original y ha permitido su examen y la reproducción fotográfica para esta edición. Está escrito en letra de Jacinto Martel, con firma y rúbrica autógrafas de Bolívar. Lo denomina­mos MSA. Otro documento, también original, se conserva en el Archivo del Libertador, vol. 47, folios 53-54, escrito de letra del Coronel Juan Santana, Secretario privado de Bolívar. La firma y la rúbrica son autó­grafas del Libertador, así como la antefirma: "su sobrino". Lo identifica­mos como MSB. Está firmado: Simón, mientras que el MSA está firmado: Bolívar. El segundo texto (MSB), aparece con interpolaciones y correc­ciones, de mano desconocida, posteriores a la primera redacción de la carta, pero que constan en el MSA. Cabe, por tanto, deducir que el MSA es la redacción definitiva del documento, y que el MSB estuvo redactado y firmado para ser remitido, pero que luego por razones que ignoramos fue modificado para darle la forma definitiva en la carta que recibió don Esteban Palacios, que es la que la Comisión adopta como texto, o sea el MSA. En la respuesta de don Esteban Palacios a Bolívar, fechada en Caracas a 11 de noviembre de 1825 (O’Leary, Memorias, IX, pp. 503-505) manifiesta haber recibido la carta de Bolívar en "un cartapacio de San­tander, inclusa una tuya de 10 de julio en el Cuzco. Confieso que la ter­nura de ésta acabó de despedazar mi alma". "Tu carta, tu carta citada ha producido todas las diversas emociones de que es susceptible el corazón humano". "Yo no quiero entrar más en el pormenor de tu carta con las ideas que en ella me recuerdas", etc. Esteban Palacios recibió, pues, la Elegía del Cuzco vía Bogotá.

El original del MSA estuvo conservado sucesivamente por Don Barto­lomé Palacios, según nos atestigua Arístides Rojas, luego por Don Ricardo Palacios, quien lo facilitó al Dr. Lecuna, y actualmente por Doña Josefina Palacios de Salvatierra.

Seguimos, en la presente reproducción el criterio del Dr. Lecuna, quien al publicarla en el vol. V de “Cartas del Libertador” (Caracas, 1929-1930) consignó en las páginas preliminares del tomo I (Pag. xiii) que rectifica­ba los errores con que había sido impreso tan importante documento. Consignaba, además, que el original utilizado pertenecía al Sr. Ricardo Palacios, descendiente de Don Esteban. O sea el mismo documento que ha facilitado ahora la Sra. Josefina Palacios de Salvatierra: el MSA.

La existencia de las dos redacciones se comprueba, además, en la his­toria bibliográfica de las ediciones que ha tenido esta carta. La publicó Felipe Larrazábal, en “La vida y correspondencia general de Simón Bolívar”, en 1863, con algunas supresiones, pero de acuerdo con el texto recibido por Don Esteban Palacios (MSA). Más tarde, Arístides Rojas la insertó en La “Opinión Nacional” (recorte en Archivo del Libertador, vol. 172, folio 446, con la indicación en letra manuscrita de Arístides Rojas de que el original pertenecía a Don Bartolomé Palacios). Se reprodujo luego en la compilación de Blanco-Azpurúa (“Documentos”, tomo X, p. 45, tomo impreso en Caracas, 1876) sin indicación de fuente, con supresión de la parte final del texto. Después, en 1887, es O’Leary (“Memorias”, vol. XXX, pp. 90-92), quien la publica de manera distinta a como lo hicieron Larrazábal,” “La Opinión Nacional”, y Blanco-Azpurúa, pues se atiene al texto del MSB, conservado hoy en el Archivo del Libertador. Esta redacción es la que recoge Rufino Blanco-Fombona, en “Cartas de Bolívar, 1823-1824-1825”, Madrid, 1921, pp. 344-347. Es natural que el Dr. Lecuna manifestase su alborozo al disponer del original conservado por los descendientes de Don Esteban Palacios, o sea el MSA.

Recogemos en esta edición el texto del original recibido por su destina­tario, y anotamos las variantes de la primera redacción.

Notas

[1] No consta el nombre del destinatario, don Esteban Palacios Blanco, tío del Libertador (Véase: doc. N9 4, nota 1).

[2] En MSB, el tratamiento es siempre "Vmd.", en vez de "Vd.".

[3] María de la Concepción Palacios Blanco (1758-1792), nacida en Caracas, casó en 1773 con Juan Vicente Bolívar y Ponte. Uno de los cinco hijos habidos en el matrimonio fue Simón Bolívar, el Libertador.

[4] En MSB: "sensibilidad deliciosa".

[5] En MSB: "en el suelo que nos dio el cielo", y aun: "en el suelo que nos dio la pro[videncia]".

[6] En MSB:"los estragos del inexorable tiempo, de la cruel guerra, de los feroces hombres".

[7] Interlineado, en MSB: "sido". Quizás escrito originariamente: "ha cegado".

[8] En MSB, seguía: "los edificios humanos", luego testado.

[9] En MSB, se interpoló la pregunta: "¿dónde mis hermanos?"

[10] En MSB, el párrafo siguiente empezaba: "El fruto"; testado luego.

[11] Véase: Docu mento N° 157

[12] En MSB, estaba escrito: "Yo"; fue tachado y escrito luego de nuevo.

[13] En MSB, aparece autógrafa la antefirma del Libertador: "Su sobri­no", y firma: "Simón", en vez de "Bolívar".

| | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0