Huamanga, 18 de septiembre de 1824.
Al señor Coronel Luis Urdaneta.
Después de la acción del 6 de agosto los enemigos no han vuelto a presentarse en ninguna parte. Han continuado siempre su retirada con un vergonzoso desorden, abandonando multitud de cargas de toda especie y muchas bestias; han tenido una dispersión que no baja de 3.000 hombres: sólo con los que se nos han presentado, el ejército ha tenido un aumento considerable. La fuerza del enemigo quedará reducida a 4.000 hombres.
Los enemigos han abandonado el 10 a Andahuaylas, cuya ciudad ocuparon nuestros cuerpos avanzados el 13. Según todas las noticias y la dirección que ellos llevan, pasarán seguramente el Apurímac [1], lo cual será su ruina.
Por las relaciones de todos los pasados [2], el general Olañeta [3] viene persiguiendo al general Valdés [4], después de un choque muy serio en que el cuerpo de tropas de éste perdió treinta y tantos oficiales.
Después de haber descansado en esta ciudad las tropas y de haber engordado los caballos, el ejército ha continuado su marcha en persecución de los enemigos. Su fuerza es en el día mayor que la que tuvo cuando emprendió sus operaciones desde Trujillo y Cajamarca.
Nuestras fuerzas al mando del señor coronel Terreros y mayor Astete deben haber ocupado en esta fecha las provincias de Lucanas y Parinacochas; al mismo tiempo que el señor coronel Estomba [5] debe haber ocupado el partido de lea.
Un tan lisonjero estado de cosas quiere S.E. que V.S. lo tenga presente para arreglar sus operaciones, y que lo haga entender a todos para su satisfacción. Dios, etc.
[TOMÁS DE HERES]
* De un copiador de Secretaria. Archivo del Libertador, Sección O’Leary, Tomo 37, folios 172 Vto.-173 recto. También se halla este documento en: Memorias del General O’Leary, Tomo XXII, pp. 488-489.