Bogotá, (9 de agosto de 1828).
AL SEÑOR PEDRO PABLO DÍAZ.
Mi querido amigo:
He recibido su apreciable carta que me trajo Revenga, por la que quedo enterado de sus nobles sentimientos hacia mí y de la sinceridad de su amistad que estimo en mucho como debo. A la verdad la carta de Vd. es un monumento de franqueza y de adhesión a mí: ella me convence plenamente de que la amistad de Vd. ya es invariable para conmigo y esto debe consolarme y Vd. mismo por los desvíos de otros manden como nosotros merecemos, a bondad y buena fe.
Ya Vd. sabrá las noticias que le doy por este correo a Carabaño que se las comunicará a Vd.: por lo mismo, no las repito.
Ya he dicho al general Páez que pase a Caracas a permanecer allí para promover el bien de esa pobre ciudad que, según me dicen, está llena de miserias lo mismo que todos los pueblos de sus contornos.
Yo le he dicho que forme una junta para que ella promueva el bien que se pueda hacer al país. Me parece que el consulado sería muy conveniente para asegurar los intereses del comercio y de la agricultura; sobre este punto es menester que representen los habitantes para que el gobierno pueda tomar en consideración sus deseos.
Procure Vd. que se hagan peticiones al gobierno sobre todos los puntos que el pueblo desee con la mira de corregir abusos y promover reformas convenientes.
Soy de Vd. amigo de corazón.
BOLÍVAR.
Falta un pedazo al original. De aquí los claros. La fecha la hemos deducido de las cartas de Díaz: la de 12 de julio de 1828, enviada con Revenga, y la de 1º, 14 de setiembre de 1828. O’Leary, II, 402 y 406.
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