Bogotá, 28 de junio de 1828.
AL SEÑOR CORONEL TOMAS C. MOSQUERA.
Mi Querido Coronel:
Contesto con mucho gusto su aprecIable carta del 14 de junio de regreso a esta capital, después de haberse disuelto la Gran Convención A consecuencia de la resolución que tomaron algunos Diputados de separarse de ella antes que firmar la ruina de Colombia; en el proyecto que les presentaba Azuero, ellos querían que Colombia siguiese la suerte del Perú, Guatemala y Méjico; ellos querían saciar su venganza a costa de la patria, mas la acta de esta capital del 13 del corriente, que ha sido reproducida por todos los pueblos de Cundinamarca, ha cambiado la faz de los negocios y ha salvado la patria de la anarquía. Es verdad que el pueblo se ha despojado de su soberanía para conferírmela en momentos muy críticos ciertamente, mas no por eso desespero de restablecer los negocios de la República y su crédito, sobre todo, cuando cuento con la aura popular y la cooperación de los hombres de bien que como Vd. se hallan a la cabeza de los Departamentos. AsÍ yo me ocuparé en dos objetos de primera necesidad, y prepararemos el camino a la estabilidad de la República que no se ha podido lograr en esta ocasión porque las pasiones dominan sobre los corazones.
Tenga Vd. la bondad de saludar a nuestros amigos de Popayán, al amable Arboleda, y créame su afectísimo de corazón
BOLÍVAR.
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