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DOCUMENTO 1688. DEL ORIGINAL. O. C. B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL GENERAL PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ, FECHADA EN BUCARAMANGA EL 22 DE MAYO DE 1828, INFORMANDO QUE LAS DESICIONES QUE SE TOMEN EN LA GRAN CONVENCIÓN LE IMPEDIRÁN SERVIR A LA REPÚBLICA Y PROLONGARÁN LA AGONÍA DEL PUEBLO.

Bucaramanga, 22 de mayo de 1828.

(GENERAL PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ).

Mi querido Briceño:

Recibimos anoche la apreciable carta de Vd. en que me da parte de lo ocurrido en la moción del señor Castillo sobre excitarme a ir a Ocaña. Este suceso, que Yo estaba muy distante de desear, me confirma en la idea del ningún partido que tenemos en la gran convención, y así será inútil hablar nada sobre las operaciones de semejante cuerpo.

Siento solamente el desaire que Vds. han recibido y la indignidad de esos señores que han faltado a su palabra, y, sobre todo, que hayan faltado a su palabra los pérfidos.

Sobre lo que Vd. me dice de sanción popular, creo que no lograremos nada con esto, porque los intrigantes lograrían el triunfo, y en último resultado no haríamos más que prolongar la agonía del pueblo y degradar la autoridad pública.

Crea Vd., mi querido Briceño, que estoy íntimamente convencido como siempre de que, a pesar de los esfuerzos de Vds., que nunca los he desconocido, jamás lograremos nada útil. Por lo mismo, yo repito que con la constitución que hagan esos señores yo no sirvo a la república. Esta ha sido mi resolución mucho tiempo ha, y si me he convencido en esperar, no ha sido más sino porque ésta era mi obligación forzosa, sin disminuir un ápice mi decisión. Yo he dicho siempre todo lo que pienso y he pensado y, por lo mismo, no se podrán quejar mis amigos de que los he entretenido con esperanzas. Desde el movimiento de Valencia yo vi este país perdido y cada día lo veo acercarse al precipicio último. Cada paso, cada instante, es un escalón en que descendemos, y si mi desesperación no fuese igual al horror de nuestra suerte, hubiera perdido el juicio; pero yo me encuentro en el tremendo momento de la calma del despecho.

Mucho siento molestar a Vd. y a los amigos con estas ideas; pero sería engañarlos decir otra cosa.

No había querido despachar a Herrera por mandar a Venezuela la última noticia que fuera favorable, con la mira de que calmase la efervescencia de los espíritus: no se ha logrado nada y se irá mañana.

Tenga Vd. la bondad que se ha tomado en este asunto [1]] y la molestia que le haya causado tan extraordinario chasco: lo mismo dirá Vd. a los tres Mosqueras y demás amigos comprometidos y fieles.

O’Leary quería irse mañana: yo le he dicho que es inútil. ¿Qué va a buscar a Ocaña? a lo menos no perderemos el tiempo en vanas tentativas ni se persuadirán tampoco que tengo el interés que suponían por los resultados de la gran convención. Por otro lado, ¿con qué pretexto puede volver O’Leary?

Soy de Vd. de corazón.

BOLÍVAR.

Notas

[1] [así está el original.

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