Bucaramanga, 18 de mayo de 1828.
A S. E. EL GENERAL R. URDANETA.
Mi Querido General:
Anoche recibimos cartas de Ocaña en que nos dicen que el señor Castillo había propuesto a la gran convención que se me excitara a que fuera a Ocaña. Los amigos lo apoyaron y quedó pendiente para el otro día. Aseguran que había treinta y ocho votos’ favorables, y sabrá Vd., por este mismo correo, el resultado y mi última decisión, mientras tanto voy a hablar a Vd. de una bagatela que a mi me parece peligrosa. Vd. habrá visto "El Eco del Azuay" que propone una monarquía para toda la América. Desde luego dirán que este proyecto es mío y, por lo mismo, quiero que mis amigos escriban contra él diciendo lo que merece el proyecto y atribuyéndolo a quien puede ser la causa, pues, así como ellos dirán que soy yo, es preciso decir que son ellos. Deseo, pues, que Vd. haga solicitar los números 8, 9 y 10 de "El Eco del Azuay" para que los publique "El Amigo del País" en todo lo que es referente al imperio; pero deberán estar encabezados estos artículos con el exordio que acompaño, el que deberá Vd. hacer copiar antes de dárselo a Montebruno. Si por acaso no aparecen los dichos números, se puede siempre poner este exordio variando el giro de las frases en que se menciona que se dan al público y se presenta este párrafo como una simple crítica del papel. De todos modos conviene mucho que "El Eco del Azuay" se inserte para que se vea que no lo aprobamos ni lo calumniamos, y por otras muchas razones que Vd. conocerá fácilmente. Después se puede hacer mención de mí y del odio que yo he tenido al sistema imperial y sobre esto se pueden hacer alusiones importantes.
Suplico a Vd. que trate con el señor Tanco y con los demás ministros para que se tomen las medidas más eficaces a fin de" arrendar el tabaco en las mayores sumas posibles, pues yo desearía que el arriendo fuera total, o en la mayor parte, por lo menos; porque sólo el interés particular podrá impedir una parte de los fraudes de una a otra sección del territorio arrendado. Y aunque no todos se arrienden bien, si la suma total es buena, debemos hacerlo y con esta suma se podrán pagar los intereses de Inglaterra y disminuir las atenciones de Inglaterra.
Apure Vd. al señor Tanco para que mande las tarifas de arrendamientos para alcabalas, pues por esta falta no se ha hecho aquí y en otras partes. Cada día que perdemos, perdemos miles de pesos. Inste Vd. también por los arrendamientos del aguardiente a fin de que todo se prepare para el día señalado.
Dígale Vd. a Córdoba que se va a formar un departamento de Antioquia y que si le gustarla la prefectura: esto último como cosa de Vd. y así como humorada.
Anoche recibí un expreso de Maracaibo quejándose de una extrema pobreza y pidiendo situado. Voy a mandar salir las tropas del departamento, porque no tengo nada que mandarles y a arrendar las rentas internas a ver si dan algo. Dígame Vd. su dictamen sobre esto y mientras tanto soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR.
21.—No ha venido nada de nuevo de Ocaña. Restrepo sabe todo lo que sabemos.
(*)El articulo del Libertador está publicado en las "Memorias de O’Leary", III. Apéndice, 300; y en "Papeles de Bolívar", 322.
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