Guayana, 6 de agosto de 1817.
Ciudadano Fernando Peñalver.
Mi querido amigo:
Oportunamente he recibido las dos apreciables de V., de 23 de junio y 24 de julio, en que se contrae V. casi exclusivamente a las contratas que pueden celebrarse para proveernos de armas y municiones.
La ocupación de las dos plazas de Guayana [1] y del Orinoco [2] por nosotros, facilita extraordinariamente las empresas de los comerciantes que quieran introducirnos estos elementos; aquí serán satisfechos en ganado, mulas, o en los frutos del país. La navegación está expedita y segura; nada hay que temer de los enemigos que no pueden, por el momento, atender a todas partes, y que aunque quisieren no podrían quitarnos tan fácilmente la posesión del río, estando dentro nuestra escuadra. Yo espero que hará V. valer con los extranjeros todas estas razones, y que, sacando todo el partido posible de las ventajas que acabamos de obtener, nos haga venir pólvora y plomo con preferencia a todo.
No solamente de esa isla pueden sacarse estos elementos. Escribiendo a las otras colonias vecinas la libertad de esta provincia y sus capitales [3], y asegurando que tenemos en ella con que pagar, muchos podrían resolverse a traernos lo que necesitamos. Trabaje V., mi amigo, en inspirar confianza a esas gentes, y en procurarnos los medios únicos que nos faltan para ver libre nuestra patria.
Mucho hemos adelantado con la ocupación de esta provincia. Somos dueños del Orinoco y, por consiguiente, podemos emprender la campaña de Caracas por el punto que elijamos.
Además hemos facilitado o abierto del todo las comunicaciones con el ejército de Apure, que antes era muy difícil y en esta estación impracticable. Poseemos caballos y todo lo necesario para continuar la guerra, tenemos dos plazas fuertes que aseguran nuestra espalda y nuestras comunicaciones extranjeras; en fin, la campaña casi se ha decidido en nuestro favor con este suceso, que sería bastante para ganar la opinión de los pueblos del otro lado, si éstos no estuviesen tan decididos por nosotros desde antes.
Hemos encontrado las plazas bien guarnecidas de artillería, algunos almacenes de ropas, pero ninguno de municiones, porque aunque se han hallado algunas, no son de mucha consideración. Si además de la pólvora y plomo puede V. hacernos venir uniformes para nuestra tropa, algunos fusiles y otros efectos militares, sería muy útil; porque una gran parte del ejército queda por vestirse, y necesitaremos muchas armas cuando repasemos el río, que no creo será muy tarde.
En otra ocasión tendré el gusto de escribir a V. más extensamente, ahora estoy muy ocupado y es urgente la salida de este correo.
A Dios, mi querido Peñalver. Mande V. a su affmo. amigo que lo ama de corazón.
BOLÍVAR.
* Del original. Archivo del Libertador, vol. 167, fols. 21-22. La firma y rúbrica de Bolívar son autógrafas, el resto del documento escrito enteramente de letra de Pedro Briceño Méndez. En el sobrecartado, de la misma letra consta: "Señor Don Fernando Peñalver. Puerto España". Sobre el destinatario, quien viajó poco después a Guayana desde la isla de Trinidad, véase la nota 1 del doc. n° 92, en la Correspondencia Personal.
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