Excmo. Sr. Almirante de la República.
Excmo. Señor:
Tengo el honor de remitir a V.E. el duplicado de mi oficio de 18 de abril que dirigí a V.E. por el Coronel Salcedo [1] con los boletines Nos. 7 y 8 que describen los triunfos obtenidos sobre el enemigo en la gloriosa jornada del 11 del próximo pasado en los campos de San Félix [2]. Esta brillante acción ha fijado la suerte de esta provincia, pues el poderoso y selecto auxilio destinado por Morillo [3] para subyugarla ha sido pulverizado, y las dos Guayanas [4] han quedado reducidas a unas guarniciones tan débiles que pueden ser evacuadas o tomadas por asalto. Además en ambas sufren una escasez asombrosa, y el hambre comienza a hacer sus estragos. Los que se pasan cada día informan de esto, y su número es tan considerable, que nuestra infantería pasa de 3.000 con la que yo conduje.
He estrechado la línea tanto, que nuestros puestos están a tiro de fusil de las fortificaciones enemigas, y espero que las continuas fatigas, alarmas y vigilias los debilite cada día más. En la Vieja Guayana está el General Torres [5] con más de mil hombres de excelente tropa, y me ha oficiado que la miserable guarnición de los Castillos no pasa de ciento cincuenta hombres. En una palabra, poseemos la provincia entera de Guayana excepto sus dos capitales nueva y vieja, y solo en ellas nos queda un resto miserable que someter.
Serían aun infinitamente mayores nuestras ventajas si lográramos ser dueños del río, y apresamos los buques que están fondeados en Angostura y la Vieja Guayana cargados de los ricos intereses del rey de España, de la caja militar de la división de la Torre [6] y de los caudales de los vecinos de ambas ciudades que han de salir con ellos.
Anime y estimule V.E. a los particulares a que armen grandes y pequeñas embarcaciones en corso conforme a las ordenanzas que me consultó en Barcelona [7]; y V.E. mismo no dude un momento hacer nuevos y extraordinarios sacrificios para equipar los buques del Estado, seguro de satisfacerlos en el acto mismo que entre en el río. Procure V.E. a costa de cualquiera sacrificio dar un pequeño avance a los guaiqueríes de las flecheras para animarlos y sobre todo obre V.E. en esta ocasión con más actividad que un rayo. La pérdida de un momento puede privarnos de ventajas incalculables.
¿Qué sensible no nos sería ver a los españoles trasladar sus riquezas a las Antillas para de allí hacer nuevos esfuerzos para subyugarnos? Al Excmo. Señor Almirante [8] exclusivamente está reservada la operación de impedírselo.
En consecuencia pues, ordeno a V.E. que en el acto que reciba esta orden emplee toda su actividad, celo e interés en destinar al río Orinoco todos los buques mayores y menores de la República y todas las flecheras y piraguas armadas y que se armen, autorizando a V.E. para que tome cuantas medidas sean necesarias para tan importante objeto.
Dios guarde a V.E. muchos años.
Cuartel General de la Mesa frente a Angostura, mayo 13 de 1817.
BOLÍVAR.
P.D. Envíe V.E. también dos turquesas [9] pues no hay con que hacer balas; que sean de diez y ocho en libra.
* De un impreso moderno. El Dr. Vicente Lecuna publicó en el “Boletín de la Academia Nacional de la Historia”, tomo XXII n° 86, Caracas abril-junio de 1939, págs. 215-328 el texto de la "Memoria histórico-política sobre la isla de Margarita apoyada en documentos autógrafos" por Francisco Javier Yanes, en cuyas páginas 282-283 se da el texto de este documento. La Memoria de Yanes se publicó en libro, tomada de dicho Boletín, con el título de “Historia de Margarita”, Caracas, 1939, por la misma Academia; y más tarde, por el Ministerio de Educación, en Caracas 1948. El destinatario era el Almirante Luis Brión. Cuando escribía esta comunicación, el Libertador se hallaba en el sitio de La Mesa, cerca de la población de Angostura (hoy Ciudad Bolívar) a orillas del río Orinoco.