CUARTEL GENERAL DE GUAYANA, A 1° DE JULIO DE 1817. 7°.
N° 10
SIMÓN BOLÍVAR
Jefe Supremo de la República de Venezuela, Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y la Nueva Granada, &., &., &.
A los Pueblos del Occidente de Caracas. Caraqueños:
Por fin ha llegado el momento de destruir para siempre el Gobierno Español en Venezuela.
Cuantos hijos de la Patria antes devoraban su seno, el Dios de los ejércitos ha querido que se conviertan en fieles defensores de la adorada madre. Tan sólo los crueles españoles son en el día enemigos de la América: los americanos todos han reconocido su deber, su interés y su gloria, y han cambiado sus puñales parricidas por armas libertadoras. Los españoles están solos en la lucha: bien pronto desaparecerán del campo de batalla, que han mantenido a costa de vuestra sangre, de vuestros bienes y de vuestro honor. Ya es, pues, la América libre; a la vez que los americanos quieren serlo.
Caraqueños: Las armas de la República han triunfado por todas partes. Desde las dilatadas llanuras de Casanare [1], hasta las bocas del inmenso Orinoco [2], nuestros pasos han sido conducidos por la victoria. Veinte acciones gloriosas han asegurado la suerte de Venezuela. Cuantos jefes famosos tenía la España, otros tantos han sido batidos, a excepción de Morillo [3] que huye de los combates como nosotros los buscamos.
Cinco mil hombres son dueños de esta rica Provincia [4]. El General Mariño [5] a la cabeza de dos mil soldados defiende la libertad de Cumaná [6] Mil bravos maturinenses [7] a las órdenes del general Rojas [8] esperan a los tiranos en Maturín. El intrépido general Monagas [9] con su brigada hostiliza por todas partes a los enemigos de Barcelona [10] La valerosa brigada de su digno general Zaraza [11] compuesta de cerca de dos mil hombres, recorre los Llanos de Caracas [12], y liberta los pueblos que la fuerza tenía subyugados. El ejército del general Páez [13] que se ha cubierto de gloria contra Calzada [14] La Torre [15], López [16], Gorrín [17] Ramos [18]], Bayer [19] Góngora [20] y otros muchos jefes españoles, es fuerte de cuatro mil hombres, y ha puesto en insurrección una gran parte de la Nueva Granada [21]
Caraqueños: libre de las atenciones de Guayana, vuelvo a pasar el Orinoco, y pronto me tendréis en el seno de vuestra capital [22], con el más grande ejército que se ha visto en Venezuela. El de Morillo es un perfecto esqueleto. El refuerzo de mil hombres que ha traído Coupigni [23] de la afligida España, no es suficiente para tomar el solo puerto de Pampatar [24], de la inexpugnable Margarita. No temáis, Caraqueños, el poder de los tiranos; pues que estamos unidos, ellos serán vencidos.
BOLIVAR.
* De fotocopia del original. Este se conserva en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Madrid, Sección "Correspondencia del Conde de Cartagena" [General Pablo Morillo], Signatura 7649. Localizado y reproducido por la Dra. María T. Bermejo de Capdevila, quien remitió fotocopia a la Fundación John Boulton, de Caracas, institución que ha facilitado su conocimiento a la Comisión Editora. Esta agradece a la Dra. Bermejo, a la Real Academia de la Historia y a la Fundación Boulton la cooperación brindada. El original lleva un encabezamiento impreso; en el caso presente, se ha compuesto en bastardilla la parte impresa, y en tipo redondo la manuscrita. La firma y rúbrica de Bolívar son autógrafas. El resto del texto manuscrito es enteramente de letra del amanuense Jacinto Martel. El lugar en donde está fechada la proclama ("Cuartel General de Guayana") debe entenderse que se refiere a la Provincia de Guayana, pues las fuerzas republicanas aún no habían ocupado en esa fecha la plaza de Angostura ni la de la Vieja Guayana. Esta proclama fue publicada en forma fragmentada, con comentarios intercalados, por el Dr. José Domingo Díaz en la “Gaceta de Caracas”, n° 150, del 17 de setiembre de 1817. Al hacerlo adulteró, según era su costumbre, el texto original. Véase dicha Gaceta, así como las anotaciones con que el Dr, Vicente Lecuna acompañó la edición del texto al incluirlo en su obra “Proclamas y Discursos del Libertador” (Caracas, 1939) págs. 157-158. Ahora, la localización del documento original permite fijar sin vacilación el texto y la fecha definitivos de esta proclama del Libertador.