San Félix, 12 de junio de 1817.
Querido amigo:
Recibí a su tiempo el oficio de Vmd. del 6, en Cupapuy [1]], que he visto con el mayor sentimiento, porque le sobra a Vmd. justicia para quejarse de veras; pero, amigo, también a mí me debe sobrar la prudencia para sobrellevar los negocios del gobierno, siguiendo el giro de las circunstancias.
El general Piar [2]] vino aquí. Ya antes había dado órdenes para que no le obedeciesen a Vmd. los subalternos de Las Misiones, habiéndome oficiado que la autoridad de Vmd. ya era innecesaria, y que, por lo tanto, había ordenado a los jueces de Las Misiones para que se entendiesen directamente conmigo, y no se entendiesen con Vmd. Esta monstruosidad yo la conozco, pues el general Piar no ha podido revocar mis órdenes ni alterar el sistema ya establecido. Pero en estas circunstancias en que estamos esperando de un momento a otro el enemigo, es prudencia sufrirlo todo para que no se nos disloque nuestra miserable máquina. El empeño de Piar era que no quedase V. más de Comandante General [3]], porque viviendo él en Las Misiones, y estando Vmd. de jefe de ellas, quedaba indirectamente dependiente de Vmd. y estando en choque abierto con Vmd., le parecía un estado comparable a la muerte. Para cortar yo este inconveniente y evitar otros muchos, le propuse espontáneamente que quedase Vmd. bajo sus órdenes como antes lo estaba, para que no fuese necesario quitarle a Vmd. el mando de Las Misiones, que, en mi opinión, sería uno de los más grandes perjuicios que podríamos sufrir en la época presente.
Querido amigo, yo le pido a V., por favor, que sufra y calle, como lo hacemos todos, por el bien de la patria, que, en bien o en mal, muy pronto ha de variar nuestra situación de un modo muy sensible. Yo creo que no se pasará este mes sin que la faz de nuestros negocios haya recibido una alteración extraordinaria, sea salvándonos, sea perdiéndonos; y entre tanto trabaje Vmd. como siempre, con la actividad, celo y patriotismo que necesitamos para librarnos de nuestros crueles enemigos.
No altere V. en nada las instrucciones que ha recibido para el servicio del ejército, sólo sí dirigiéndose a Piar, para que él conozca que Vmd. se somete voluntariamente; y haga Vmd. este nuevo sacrificio por su país, pero no nos olvide Vmd. ni nos deje de escribir todo lo que sea necesario.
Adiós, querido amigo, mande Vmd. a su afectísimo servidor que lo aprecia.
BOLÍVAR.
* Del original. Archivo del Libertador, vol. 44, fol. 13-14. La firma y la rúbrica del Libertador son autógrafas, el resto del documento es de letra de José Gabriel Pérez. Consta en un volante que perteneció al Archivo Blanco y Azpurúa.