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DOCUMENTO 1010 PROCLAMA DE BOLÍVAR FECHADA EN EL CUARTEL GENERAL DE SANTAFE EL 17 DE DICIEMBRE DE 1814, DIRIGIDA A LOS CIUDADANOS DE CUNDINAMARCA.*

Proclama Ciudadanos de Cundinamarca.

La guerra os ha traído la paz, de que carecíais desde que la discor­dia civil desgarra vuestro seno, por brazos que debían enlazarse para estrechar vuestra unión fraternal y elevar el naciente edificio de vuestra libertad. Sí, la guerra os ha reunido, y os ha vuelto a formar la gran familia, que descarriada, dispersa y encontrada, pre­sentaba al mundo un cuadro espantoso de escándalo y fratricidio.

Granadinos: aunque la guerra es el compendio de todos los ma­les, la tiranía es el compendio de todas las guerras. Así los sacri­ficios que acabamos de consagrar a la obtención de la paz, son muy inferiores a los que debemos a la adquisición de la libertad, que es la única paz sólida y estable para corazones republicanos, que no ven en el reposo de la esclavitud sino un verdadero estado de muer­te. Vosotros parecíais tranquilos y estabais agitados por los furores de la discordia; no sentíais el ruido de las armas, pero sufríais los tormentos de una cruel división, que os privaba de la gloria de hacer esfuerzos simultáneos y acordes, que os habrían puesto en [1] posesión del triunfo de vuestros tiranos, si no hubiesen sido impo­tentes, porque eran parciales. Armas que debían emplearse contra el común enemigo; gobiernos que debían dirigirse a un objeto solo; hombres que cooperaban por caminos opuestos; todo presentaba el aspecto de un cuerpo cuyos miembros desprendidos de la cabeza y despedazándose entre sí, se chocan por reunirse.

Cuando no nos quedaba otro partido de salud, combatimos; mas siempre ofreciendo la paz; exponiendo nuestros pechos, más bien que disparando nuestras armas. ¡Contienda singular en que el in­vasor sufría las heridas que la resistencia de su contrario le forzaba a abrir! Nuestro objeto era desarmarlo y no rendirlo; el prisionero era nuestro amigo; los hogares de nuestros enemigos eran asilos inviolables; y el soldado veía con respeto y ternura como a su pa­dre, esposa o hijo, al anciano, a la virgen y al infante.

Reducidos los sitiados a la última extremidad, y obstinados en perecer por el prestigio de un error involuntario, entonces les pre­senté la paz, la unión; les ofrecí el honor, la vida y la fortuna; les abro mis brazos, y mis soldados, derramando lágrimas cordiales por la sangre vertida de las heridas de sus armas, son sus defensores. Se lamentan de una victoria que les ha hecho triunfar de los herma­nos de sus libertadores; reciben con horror aplausos dignos de su valor, bien que fatales a los hijos de la América; en fin, ellos de­ploran la suerte que les ha hecho vencer a sus amigos. Pero su pesar se alivia al ver parecer la oliva de la paz, que ofrece la con­cordia entre los ciudadanos, la abundancia en los campos, el orden en las ciudades, y el imperio de las leyes en toda la república.

Compañeros y amigos: que una espesa tiniebla encierre para siempre los monumentos de una guerra que será nuestro oprobio en las generaciones futuras, si la fama trasmite a nuestros descen­dientes, que los que nacieron en el hemisferio de Colombia [2] han vuelto sus armas contra sí mismos, y han dado la muerte a hom­bres que, consagrando su vida a la libertad, han sido los destruc­tores de los tiranos de la Nueva Granada y Venezuela. Olvidemos que un momento hemos podido ser enemigos; olvidemos que nues­tras manos están teñidas de nuestra propia sangre; olvidemos que nuestro furor nos ha hecho clavar el puñal en el corazón de la Patria.

Cuartel General Libertador en Santafé, diciembre 17 de 1814.

SIMÓN BOLÍVAR

* De un impreso de época coetánea. En el Archivo de José Manuel Restrepo, Bogotá, se conserva un ejemplar de la hoja suelta publicada se­guramente en las mismas fechas en que está datado, en la Imprenta del Estado, año de 1814, Santafé de Bogotá, por el ciudadano Juan Rodríguez Molano. La Comisión Editora ha podido examinar una fotocopia de dicho impreso. Además, en el Archivo del Libertador, Vol. 22, folio 259V°-260, consta el texto de dicha Proclama en el Libro Copiador, escrito de letra de un amanuense. El Dr. Vicente Lecuna afirma en el Informe dirigido al Ministro de Instrucción Pública, fechado en Caracas el 31 de julio de 1919, que no recibió el original de manos del señor Miguel Sgobel al serle entregados los tomos de documentos correspondientes al Archivo del Libertador.

Notas

[1] Las palabras "puesto en", que figuran en la hoja impresa, faltan en el Copiador. Debe tratarse de un lapsus de amanuense.

[2] Sinónimo, aquí, de América o, en todo caso, de Hispanoamérica.

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