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DOCUMENTO 930 COMUNICACIÓN DEL LIBERTADOR FECHADA EN OCAÑA EL 28 DE OCTUBRE DE 1814, DIRIGIDA AL PRESIDENTE DE LA NUEVA GRANADA, ENCARGADO DEL SUPREMO PODER EJECUTIVO, POR LA CUAL COMUNICA QUE MARCHA A CÚCUTA A FIN DE CALMAR LOS DESORDENES OCURRIDOS EN LAS TRO­PAS DE URDANETA, PARA PRESENTARSE DESPUÉS ANTE EL CONGRESO DE LA NUEVA GRANADA, REUNIDO EN TUNJA.*

Excmo. señor Presidente de la Nueva Granada, Encargado del Supremo Poder Ejecutivo

Excmo. señor:

Desde el momento en que tuve el honor de entrar por segunda vez en Cartagena, puse en noticia de V. E. mi arribo [1]] indicando las causas que redujeron la República de Venezuela a la servidumbre, manifestando a V.E. los ardientes deseos que me animan de dar cuenta de mi conducta al Soberano Congreso, y ofreciendo conti­nuar mis servicios en la Nueva Granada contra los enemigos de la libertad: objetos tan interesantes a la causa común, como a mi honor.

Deseando llenar mis deseos con la brevedad que la situación ac­tual de nuestros negocios exige, marché de Cartagena con dirección a esa capital por esta vía, que he juzgado la más pronta.

Al entrar en esta ciudad he recibido muy funestas noticias del ejército que manda el General Urdaneta, anunciándome que mi pre­sencia en él es de absoluta necesidad, para contener los graves ma­les que amenazan a la República con la destrucción próxima de aquel ejército. Como nada es para mí más importante que la salud de la República, estando satisfecho [2] ]de que ésta se halla hoy ur­gentemente interesada en que aquellas tropas no se disuelvan, he resuelto marchar primero hacia Cúcuta, a fin de calmar los males, destruir los motivos que puedan haber producido las deserciones y disgustos de los soldados, ofrecerles los auxilios que espero obtener de V. E., e inspirarles confianza, por medio de las providencias que libraré para asegurar la salvación de la Patria.

Yo creo que V.E. prestará su aprobación a mi determinación, que es efecto de un motivo tan justo y urgente.

Inmediatamente que se hayan cumplido los objetos que me con­ducen al ejército, volaré a esa capital [3] ]a llenar los que antes he te­nido el honor de manifestar a V.E. Nada hay comparable con la satisfacción que espero obtener, al ver vindicado mi honor, lasti­mado por las imposturas de la más negra fe, y por los errores de la más crasa ignorancia. Mi delicadeza no puede sufrir sin impa­ciencia el ver revocadas a duda la sanidad y pureza de mis inten­ciones, despreciados mis servicios, y ultrajado mi crédito y concepto público. Mi espíritu no gozará un solo instante de reposo, mien­tras el voto general del Augusto Congreso Granadino no decida: que mis operaciones han sido justas; que mis intenciones no han sido guiadas por otro norte que la justicia y la salud pública.

Me atrevo a esperar sin lisonja, que el cuadro fiel de mi conduc­ta será una respuesta sólida a los cargos que se me puedan hacer, y una perfecta defensa que convencerá a la Nueva Granada y al mundo entero de la rectitud de mis operaciones.

Acepte V.E. los sufragios de mi alta consideración y respeto. Dios guarde a V.E. muchos años. Ocaña, 28 de octubre de 1814. 4°. Excmo. Señor. SIMÓN BOLÍVAR

P. D. Incluyo a V. E. copia de la proclama que he tenido a bien dirigir al ejército antes de ponerme en marcha.

[Al margen:] Visto hoy 22 de noviembre. No se juzgó necesaria con­testación.

* Archivo del Libertador, Vol. 21, folios 285-286. Original. La ante­firma, firma y rúbrica son autógrafas de Bolívar. La letra del cuerpo del documento y la de la postdata son de Pedro Briceño Méndez. La nota mar­ginal debe ser de algún amanuense del Congreso. Sobre el destinatario de este documento, debe tenerse en cuenta lo siguiente. Hasta el 6 de octubre de 1814 se hallaba en desempeño de esas funciones Camilo Torres, a quien Bolívar se había dirigido desde Cartagena el 20 de septiembre de 1814 (Doc. N°. 925). Pero aquel día de octubre quedó constituido el nuevo Go­bierno de las Provincias Unidas de la Nueva Granada, que presidía José Ma­ría del Castillo, acompañado de Joaquín Camacho y José Fernández Madrid. Según el Reglamento promulgado en aquella fecha, el Presidente debía du­rar cuatro meses en ejercicio, al cabo de los cuales era sustituido por otro de los triunviros. Sin embargo, por circunstancias que no hemos podido pre-cisar, el 29 de noviembre de 1814 figuraba como Presidente el Dr. y Gene­ral Custodio García Robira (o Rovira). Todo ello ilustra la dificultad de identificar con entera exactitud a la persona que desempeñaba un deter­minado cargo en un momento dado. Debe tenerse en cuenta siempre que Bolívar se dirige en esos casos al gobernante o funcionario titular de ese cargo, quienquiera que él sea, más que a la persona.

Notas

[1] [Se refiere a su comunicación del 20 de septiembre de 1814 (Doc. N°. 925). No es fácil dilucidar hoy si Bolívar creía el 28 de octubre que el Presidente era aún Camilo Torres, a quien se había dirigido el 20 del mes anterior por su título de Presidente del Congreso de la Nueva Grana­da, o si era ya sabedor de los cambios ocurridos el 6 de octubre y se dirigía al Presidente como Jefe del Estado, haciendo abstracción del cambio de personas acaecido, el cual, por otra parte, en nada variaba la orientación del Gobierno.

[2] [Se había escrito primeramente: "seguro" y luego se escribió encima: "satisfecho".

[3] .[La ciudad de Tunja, donde se hallaba entonces reunido el Congreso, era la sede del Gobierno General de las Provincias Unidas de la Nueva Gra­nada.

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