Barcelona, enero 16 de 1817. 7°.
Al General Arismendi.
Nuestra jornada de Unare no ha sido tan funesta como era de calcularse el día que llegamos a esta ciudad. Diariamente llegan de nuestros dispersos. El Batallón solo de Margarita [1] consta ya de 160 plazas efectivas, sin contar con muchos heridos y estropeados que están en el hospital, que [2] son de fácil curación. El [3] Batallón de Barcelona casi está enteramente repuesto, y lo estaría del todo, si después de llegados aquí no se hubiesen desertado algunos. Otros [4] están en sus casas, y estoy ci[er]to de que varias [5] partidas de consideración [6] están en los bosq[ues, a] los que he mandado a [7] auxiliar con partidas mandadas por buenos oficiales, que les llevan víveres y agua. Los bandidos no se han movido de Clarines. Yo estoy [8] perfectamente fortificado, y con la guarnición suficiente para defenderme de 2.000 hombres que me invadan. Estoy resuelto a sepultarme entre las ruinas de esta ciudad antes que abandonarla. Su conservación es tan importante que de ella depende la salvación de la República. Es el único puerto por donde puedo recibir así los objetos militares y elementos de guerra que me trae la escuadrilla [9] como los demás que he contratado con diferentes extranjeros, como V.E. sabe, y espero de un momento a otro [10]. Sin este puerto perdemos estos objetos, el parque que tengo en él; los reinosos quedan desarmados y la mayor parte de nuestras Divisiones [11]. Yo reposo en la actividad de V.E. para la reunión de nuestros ejércitos. El Chaparro, según me indica el General Zaraza, es el mejor punto de reunión; obre V.E. de acuerdo con dicho General para la elección del lugar. Mientras V.E. [12] efectúa la reunión de los ejércitos, yo acopio aquí los elementos, armas, vestidos, cascos, etc., para ellos; de modo que pueda [13] equiparse perfectamente de cuanto es necesario [14] nuestro gran ejército.
Por el ciudadano [15] Sermeño, oficial del Batallón de Barcelona que ha llegado ayer y estuvo prisionero entre los [16] de Unare, estoy informado que el número de nuestros muertos es el de 50 y 38 prisioneros, de los que sólo han perdonado nueve muchachos; que [17] no sabe el número de fusiles; y que están aumentando sus trincheras y excavando nuevos fosos.
Las armas y pertrechos sobrantes de la División del General Piar pueden servir para efectuar la reunión con el ejército granadino.
Dios, &.
[BOLÍVAR.]
* Del copiador. Archivo del Libertador, vol. 23, fol. 67. Escrito de letra de José Gabriel Pérez. Respecto al libro copiador, véase la nota principal del doc. n° 1740.