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DOCUMENTO 1243. OFICIO DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL SECRETARIO DE LA GUERRA DEL GOBIERNO GENERAL, ANDRÉS RODRÍGUEZ, FECHADO EN EL CUARTEL GENERAL DE SAMBRANO EL 14 DE MARZO DE 1815, POR EL QUE LE PARTICIPA EL FRACASO DE LA ENTRE­VISTA CONVENIDA CON EL GENERAL CASTILLO*

Ciudadano Secretario de guerra.

Con gran pena tengo que comunicar a V.S. los progresos y estado de mis comunicaciones con el Gobierno de Cartagena.

Yo había remitido a V.S. copias de mis varios oficios y cartas privadas a cuantos podían tener parte en este negociado. V.S. ha­brá recibido también copia de las instrucciones que di al ciudada­no José Rafael Revenga, a quien por el voto casi universal y aun por deseo de los mismos oponentes en Cartagena, envié de comi­sionado ante aquel Gobernador; y con dolor ha resultado ineficaz esta última tentativa de conciliación y de obediencia al Gobierno general. Tengo la honra de incluir a V.S. original el oficio en que mi comisionado me da cuenta de su conducta [1]; en él verá V.S. fácilmente sus esfuerzos y el semblante de aquel Gobierno; y el último medio que aquél propuso, no sólo creo que era ya el único, sino el más conforme a mis deseos, que ya yo le había manifestado. Entre otras copias que mi Secretario Briceño [2], de mi orden, remiti­rá a V.S. desde Mompox, hallará V.S. la de la carta oficial, que con este motivo dirigí al Brigadier Castillo [3]; y protesto a V.S. que he salido de Mompox, sin traer otros sentimientos que los expre­sados en ella.

¡Cuál sería mi asombro al recibir ayer en el río, viniendo a este lugar, otro oficio del Gobernador [4], de que incluyo a V.S. copia! Poca perspicacia es necesaria para conocer el espíritu que lo ha dic­tado. El Gobernador no quiere dar nada por orden del Gobierno General; se creería que nada le importa la toma de Santa Marta, y que sólo anhela que perezca en Mompox el ejército de la Unión, el único que puede hacer respetable por esta parte la autoridad del Gobierno general, tanto a él [5] como a los españoles. Después de no poder ya sostener más sus falsedades de alarma de pueblos, in­defensión de la plaza, etc.; cuando ya veía que la reconciliación en­tre el Brigadier Castillo y yo iba a poner un obstáculo a sus miras mezquinas, él entorpece ésta, y me envía un oficio ininteligible, confiado sin duda en que su inoportuna metafísica contribuiría a la pérdida de algunos soldados más en la inclemente Mompox. Com­pare V.S. este último oficio con las copias del que recibí por Gar­cía de Sena [6], y mi contestación a éste; se juzgaría que no ha habido ningún otro paso intermedio; y que no pudiendo multipli­car más los inconvenientes, quiere restablecerlos al estado en que estuvieron veinte días antes, quejándose de que no le contesté en­tonces a todos los artículos.

¿Qué debía yo hacer en tales circunstancias? El consumo del di­nero, vestuario, y cuanto puede conservar a este ejército, es notorio; he dejado en el hospital de Mompox más de ciento y setenta en­fermos, fuera de trece oficiales; éstos, tanto como los soldados, han empezado a morir; las miras del Gobernador de Cartagena son claramente hostiles, y para realizarlas impunemente quiere que el clima nos destruya. Aniquilado este ejército, el Gobernador Ama­dor dará leyes a todas las Provincias, y bien pronto las daría el Je­fe de Santa Marta [7] a toda la Nueva Granada. El señor Amador, lejos de evitar ni precaver este gran mal, tiene la línea con dos­cientos hombres a lo más en toda ella, y ha mandado retirar de ella todas las armas y municiones, que se han perdido [8] luego en Galera zamba, y entre ellas de ocho a novecientos quintales de pól­vora, según dijo a Revenga el Comandante anterior Sata [9], que fue depuesto por no querer dejar indefensa la línea. Según me han informado el mismo Revenga, el señor Torices [10], y según todas las cartas que he recibido de Cartagena, en vano, casi en vano, se me ha querido hacer odioso a los pueblos; y aun cuando fuese cierto que ellos me odian, ¿qué mejor remedio que probarles con mi conducta sus injustos temores?

He debido remediar tan graves males; y he determinado bajar con mi ejército a la línea, y emprender mis operaciones sobre el enemigo, en cuanto lo permita el estado de mis armas y municiones; y pedir más de cerca a Cartagena lo que me falte. Haré algunas incursiones desde Plato [11]; y entretanto tendré tiempo también de recibir algunos oficios del señor Marimón [12].

Esta mañana he encontrado al señor Torices, el cual me ha in­formado de sus inútiles esfuerzos para persuadir al Gobernador a darme lo que pedía; de la falsedad con que se ha dicho que los pueblos me temen; y espontáneamente me ha aconsejado lo mis­mo que ya había determinado, como único remedio en tales cir­cunstancias. Cree el señor Torices que esta es una nueva Cundinamarca [13]; y seguramente que desarmar la línea y prohibirme que la ocupe, es algo más.

Se me ha asegurado por mi edecán Páez [14], que acaba de volver de Barrancas, que los pueblos viéndose sin defensa, y las tropas sin ninguna especie de socorro, claman por mi llegada. Ya se me han pasado dos oficiales, uno de los cuales trajo un buque de guerra.

Dios guarde a V.S. muchos años.

Cuartel General de Sambrano, marzo 14 de 1815.-5°.

SIMÓN BOLÍVAR

Nota al margen:] Santa fé, 8 de abril de 1815. Contéstese que ya deben haber variado las circunstancias con la llegada del Comisionado Marimón, y providencias anteriores del Gobierno que se habrán cumplido en todo. (Hay tres rúbricas). Rodríguez. (Rúbrica), fho. en id.

* Del original. Archivo del Libertador, Vol. 22, folios 122-123. La fir­ma y rúbrica de Bolívar son autógrafas. El cuerpo del documento es de letra de José Rafael Revenga. La nota marginal es de amanuense no identificado, pero la firma y rúbricas son autógrafas.

Notas

[1] Este documento, fechado en Mompox a 10 de marzo de 1815, está publicado en “Memorias de O’Leary”, tomo XIV, pp. 134-137.

[2] Pedro Briceño Méndez.

[3] Manuel del Castillo y Rada. El documento mencionado es el nú­mero 1.240 de este volumen.

[4] Juan de Dios Amador. El oficio a que se refiere el Libertador, fe­chado en Cartagena a 7 de marzo de 1815, se publica en “Memorias de O’Leary”, tomo XIV, pp. 131-132.

[5] Es decir, el Gobernador Amador.

[6] Manuel García de Sena.

[7] Lo era el Mariscal de Campo realista Francisco de Montalvo.

[8] En el original se lee "pedido", pero debe tratarse de un lapsus por "perdido", ya que efectivamente las armas y la pólvora retirados de la línea se perdieron al hundirse la goleta Momposina que los transportaba.

[9] José de Sata y Bussi. Fue, en efecto, sustituido en el comando de la línea defensiva del Magdalena por Manuel Cortés Campomanes.

[10] Manuel Rodríguez Torices.

[11] Plato. Población del Magdalena.

[12] El Canónigo Juan Marimón, Presidente del Congreso de las Pro­vincias Unidas, en Comisión del Gobierno General a Cartagena.

[13] Alude a la desavenencia entre el Estado de Cundinamarca y el Gobierno General de las Provincias Unidas, que había quedado zanjada en diciembre de 1814 al capitular Santa fé de Bogotá ante las fuerzas manda­das por el Libertador.

[14] Rafael Páez, primer Edecán del Libertador en esa época.