Caracas, 19 de enero de 1827.
AL SEÑOR GENERAL BARTOLOMÉ SALOM.
Mi querido general:
Mí decreto-proclama de Puerto Cabello y comunicaciones de Valencia, habrán instruido a Vd. de los acontecimientos últimos de este país y su feliz desenlace. Sea del modo que haya sido, al fin se ha evitado la guerra civil; se han reconciliado los partidos, y ambos reunidos alrededor mío, trabajan con un solo objeto: el de restablecer el orden y la confianza. Sin esta base no podría lograrse la regeneración política de Colombia, ni obtenerse las reformas que todos piden.
Yo lo he nombrado a Vd. para la plaza de Puerto Cabello, con el objeto, primero, de que releve al general Briceño que va al Sur, donde Vd. sabe que interesa su presencia y sus servicios; y después, para que Vd., con su imponderable celo y actividad, mejore la plaza en su composición física y administrativa. Estos dos objetos los recomiendo a Vd., a Vd. a quien nada se debe recomendar. Una vez que Vd. haya cumplido con estos encargos deberá Vd. volver a ejercer su destino antiguo en el Estado Mayor general libertador e irá Vd. conmigo a donde quiera que yo vaya, pues Vd. no deberá separarse de mi lado, porque además de sus buenas cualidades, lo amo a Vd. como mi mejor amigo.
Antes de salir de Puerto Cabello propóngame Vd. la persona que crea más a propósito para el mando de la plaza.
Soy de Vd. de todo corazón.
Bolívar.