Caracas, 21 de junio de 1827.
AL SEÑOR JOSÉ RAFAEL ARBOLEDA.
Mi querido amigo:
He recibido la estimable carta de Vd. del 19 de mayo, y todo cuanto Vd. me dice en ella me parece justo. Las razones que Vd. y mis amigos exponen para que me vuelva a encargar del mando supremo de la república, me han hecho la impresión que debían, y por eso me he resuelto a marchar cuanto antes a esa capital. Antes de ayer he dado la proclama que incluyo; y antes de ausentarme de aquí he querido tomar todas las medidas preparatorias a fin de ver cumplidas las ofertas que en ella hago. Amigo, es preciso vengar la patria cuantas veces intenten los pérfidos sepultarla en la anarquía y arruinarla; y no debemos desmayar jamás aun en medio de las mayores dificultades.
Todos los planes que Vds. han adoptado para frustrar los malos designios de los insurgentes, me han parecido oportunos. Espero que, con mi llegada a Bogotá y con la cooperación de mis buenos amigos, calmarán tantas inquietudes.
Estamos, pues, en campaña. Dios quiera que el amor a la patria no sea burlado por la fortuna.
Al señor Baralt mil expresiones de respeto de mi parte, lo mismo al amigo Mosquera.
Soy de Vd. de todo corazón.
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