Caracas, 19 de junio de 1827.
A S. E. EL GENERAL RAFAEL URDANETA, ETC.
Mi Querido General y Amigo:
Las últimas noticias que me han llegado del Sur de la república me han obligado a variar de plan y de posición. Ya Vd. sabrá como las tropas rebeldes de Lima han invadido a Guayaquil y amenazan desde allí y desafían a Colombia entera. ¿Puede saberse esto sin sentir la más viva indignación? Vd. me ha visto indiferente a todas las intrigas de Bogotá, aguardar tranquilo el resultado del congreso sin tomar parte en nada, pero cuando el ultraje ha ido hasta invadir la república y emplear las armas para imponer a los pueblos y oprimir la voluntad nacional, no es posible resistir a los impulsos del patriotismo y del deber.
El general Lara, que tendrá el honor de presentar a Vd. ésta, le instruirá de todo lo que yo he resuelto hacer para mantener la integridad de la república y suprimir la anarquía. Por supuesto, que en mi plan entra Vd. de un modo principal. Vd. es el eje sobre que rueda esta máquina de Colombia, y de Vd. depende, en gran parte, el suceso de toda empresa para restablecer el orden. Mi proclama de hoy dice cuanto puede decirse, y las órdenes que le lleva el general Lara explican suficientemente. Es preciso no abandonar el campo cuando todavía hay quienes lo inquietan, y yo estoy resuelto a aventurarlo todo antes que incurrir en la baja nota de débil.
Dentro de ocho días partiré para Cartagena porque es por allí la mejor entrada. De paso aseguro aquel importante departamento y liberto al general Montilla del fuerte compromiso en que está. El general Páez, entre tanto, se irá sobre Barinas a ponerse en contacto con Vd. Algunos creen que estas disposiciones son por sí solas bastantes para desarmar los partidos que agitan el interior y a los rebeldes que oprimen a Quito; pero yo no soy tan confiado y creo que es preciso contar con que tendremos que hacer algo más serio. Es preciso, pues, que Vd. vaya preparado para todo.
Como el general Lara está bien instruido de todo es excusado detenerme más en detalles; él explicará a Vd. todo lo que no esté bien expresado.
Las comunicaciones que van en esta ocasión para Bogotá, las enviará Vd. con algún oficial seguro que vaya volando y vuelva a reunírsele y darle cuenta de todo lo que vea. Vd. verá cuál es la dirección mejor para que se demore menos.
Yo escribiré probablemente a Vd. antes de salir de aquí, pero si no lo hiciere no lo extrañe, porque no es poco lo que tendré que hacer en estos pocos días. Por Ocaña tendremos más pronto las comunicaciones, y Vd. debe tomar todas las medidas necesarias para mantener expedita aquella vía, una vez que se haya aproximado a los valles de Cúcuta.
A Lara se lo envío porque temo mucho que no tenga Vd. a quien dejar el mando del departamento a su salida. Esto no quiere decir que lo deje a él precisamente, porque Vd. debe conocer mejor cuál es el hombre que convenga, y si hubiese otro más a propósito que Lara, éste puede acompañar a Vd. y le ayudará siempre bien.
Adiós, mi querido general, créame Vd. siempre su afmo. amigo que lo ama.
BOLÍVAR.
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