Caracas, 8 de junio de 1827.
Al Gran Mariscal Andrés de santa cruz.
Mi Querido General:
Con cuánto sentimiento he visto turbarse el orden que regía ese desventurado país!! Pero todavía me ha causado mayor pena el pensamiento de los compromisos en que Vd. se ha hallado envuelto sin saberlo. Nunca he podido hacer injusticia a Vd. por lo que respecta a la firmeza de su carácter y honor.
Crea Vd., mi querido general, que no he titubeado un instante sólo: ni aun soñando he agraviado a mis dignos amigos. Este sentimiento abrazaba a todos los señores del consejo. Con mayor razón era Vd. preferido en esta parte. Cuando he visto al general Lara mi satisfacción ha sido mayor. Este general conoce y dice que su ciega confianza, y no otra cosa, ha hecho el mal. De parte de Vd. me ha dado seguridades infinitas. Yo me complazco con la idea de no haberme engañado y, sobre todo, veo con júbilo que los peruanos no son ingratos, ni mis enemigos. Esto es tanto más desinteresado cuanto que no alimento mira alguna relativa a ese país. Le deseo solamente felicidad y gloria, que vivan en concordia y obedezcan a sus mejores magistrados. Nada me importa la constitución boliviana. Si no la quieren, que la quemen, como dicen que ya se ha hecho antes de ahora. Yo no tengo amor propio de autor en materias graves que pesan sobre la humanidad.
Vd. sabrá que yo he renunciado el mando de Colombia: no lo quiero absolutamente. (*). (*) Tostado: -“Esto es irrevocable".
En cuanto a Bolivia y al Sur de Colombia recomiendo al gobierno del Perú la mejor armonía: todos esos países me interesan más que mi suerte misma.
Nada sé hoy todavía del general Sucre. Tampoco sé nada del resultado de la expedición de Bustamante sobre Guayaquil. En fin, yo no sé más que lo me instruyó el general Heres a su llegada a Guayaquil y además de las noticias de la salida del Callao de la división colombiana, que he celebrado mucho por mil motivos.
¡Digna cosa del señor Vidaurre es su constitución! La he visto con infinito placer: me persuado que su efecto habrá sido admirable. Dios no lo extravíe! Mi querido general, reciba Vd. la más sincera expresión de mi inalterable amistad. También hará Vd. la bondad de mostrar esta carta a mis antiguos amigos: ellos están con Vd. en todo mi corazón; viven en él y lo animan como mi sangre.
Adiós amado Santa Cruz.
BOLÍVAR.
Toda de letra del Libertador. Quedó en el archivo como borrador.
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