Caracas, 24 de abril de1827.
A S. E. DEL GENERAL EN JEFE J. A. PÁEZ.
Mi querido general:
Ayer recibí la apreciable carta de Vd. en que me habla de abogados, párrocos etc. para el Apure. Inmediatamente llamé al señor Revenga, quien tiene ya la orden de dar las que correspondan al efecto.
Yo supongo que, por los avisos del general Salom, estará Vd. informado de los últimos sucesos de San Felipe, a la verdad, bien alarmantes por su naturaleza. Yo le escribí a Vd. sobre esto y le supliqué pasase en persona a contener estos desórdenes peligrosos y a restablecer la tranquilidad y la confianza entre esos habitantes. Si Vd. recibiere esta carta antes de haber marchado a aquellos lugares, creo que una proclama de Vd. surtiría el mismo efecto, ahorrándose este viaje y aprovechando el tiempo para venir a esta capital donde deseo verlo a Vd. para tratar sobre asuntos muy importantes. No le será a Vd. difícil conocer cuál pueda ser el objeto de mis conversaciones con Vd. Vd. habrá leído los papeles públicos de Bogotá. Allí se han quitado la máscara; me atacan de frente y espalda; mis enemigos me calumnian, mis amigos me defienden; unos y otros me llaman a que vaya a ejercer el gobierno; mi renuncia está en manos del presidente del senado, y, entre tanto, yo no sé qué hacer. Todo el día pienso el partido que debo tomar y cada vez me encuentro más embarazado. Y Vd. quiere saber cuál es este embarazo: mis amigos y Venezuela; yo no los puedo abandonar dejándolos en manos de la anarquía y de la ingratitud. Por todo esto deseo que Vd. venga a verse conmigo, porque pudiera muy bien suceder que las cosas me obliguen a salir de Venezuela.
Vuelvo a recomendar a Vd. lo de San Felipe.
En Caracas estamos muy tranquilos. Monagas ha concluido con la facción de Barcelona. Marino se conduce muy bien.
Memorias a los amigos y créame suyo de todo corazón.
BOLÍVAR.
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