Caracas, 11 de abril de 1827.
AL SEÑOR GENERAL ANTONIO GUTIÉRREZ DE LA FUENTE, ETC., ETC.
Mi querido general:
Contesto la apreciable carta de Vd. del 18 de noviembre, que si me ha sido muy agradable por saber de la salud de Vd., me ha dado el sentimiento de ver la profunda impresión que ha causado en Vd. la noticia que corrió en Lima con respecto a la federación de Arequipa. Aunque ella llegó a mis oídos, puedo asegurar a Vd. que no me fue comunicada del modo que Vd. imagina ni por las personas que Vd. indica. Puede haber sucedido que el general Sandes haya dicho en Lima lo que oiría en Arequipa, y aun él mismo pudo haberse equivocado en cuanto a la federación de que se habla, pues que así ha acontecido en diferentes lugares. Muchos han confundido la idea de federación de estados con la de provincias, creyendo que de esto se trataba en los papeles públicos. ¿Pero Vd. cree, general, que yo sea capaz de imaginarme un solo momento que Vd. faltare a sus principios, al orden y a su amigo? No, mi querido general, no sea Vd. así, ni repita otra ocasión las palabras de su expresiva y amable carta. Confié una vez en Vd. y en su amistad, y desde entonces no he vacilado ni vacilaré jamás con respecto a Vd.
En cuanto al gobierno, puedo asegurar a Vd. que los informes que me dieron sobre Arequipa aquellos señores, siempre han sido honrosos a Vd. y salvándolo de las ideas de federación provincial. El general Santa Cruz y también el señor Larrea me han escrito en este mismo sentido, creyéndolo a Vd. muy distante de favorecer un proyecto que ciertamente produciría siniestros efectos. Vd. no debe desconfiar de ellos porque son sus amigos. En fin, para qué decir más: los sentimientos de su carta bastan para convencerme de que sus opiniones de acuerdo con su corazón, pertenecen a aquel mismo general La Fuente que conocí en tiempos muy difíciles.
Por acá nos arreglaremos a toda prisa, a fin de ponerme en la aptitud de dirigir mi marcha al Sur y al Perú, donde me llaman intereses que no puedo desatender. Entre tanto, me es satisfactorio decir a Vd. que Venezuela prosperará infinito con el nuevo arreglo que he hecho, particularmente en el sistema de hacienda, pues que en él es donde yo busco la felicidad del pueblo.
Por los papeles de Bogotá verá Vd. lo que se ha adelantado en mi rápido tránsito.
Póngame Vd. a los pies de la señora: salude a mis amigos y créame Vd. su afmo. amigo de corazón
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