.
Portada del sitio > 31) Período (30AGO AL 28DIC 1825) O.C.B. > DOCUMENTO 988. DEL ORIGINAL. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL (...)

DOCUMENTO 988. DEL ORIGINAL. O.C.B. CARTA DEL LIBERTADOR SIMÓN BOLÍVAR AL GENERAL FRANCISCO DE PAULA SANTANDER, FECHADA EN CHUQUISACA EL 11 DE NOVIEMBRE DE 1825, IMPARTIENDO INSTRUCCIONES MILITARES.

Chuquisaca, 11 de noviembre de 1825.

A S. E. BL GENERAL F. DE P. SANTANDER.

Mi querido general:

He llegado aquí hace ocho días y he sido recibido con una elegancia y una gracia digna de la antigua Grecia. Estos pueblos cada día muestran más adhesión a sus libertadores y, a la verdad, ellos se han anticipado a los beneficios: ellos han creído que la sabiduría misma debía venirles de nuestras manos, así me han pedido leyes fundamentales y antes habían pedido un magistrado y defensores de su libertad y de sus leyes. La moderación de pedirlo todo, es un grande honor para nosotros y una prueba invencible de la prudencia y del acierto de sus deliberaciones. Ya sabrá Vd. oficialmente que estos señores quieren quedarse con el general Sucre por algunos años y con una división de Colombia de 2.000 hombres; sobre esto ruego a Vd. empeñe su influencia, a fin de que esta gracia sea concedida, pues de otro modo la República Boliviana puede terminar, en un momento, su flamante carrera. Yo me intereso por este país por gratitud y por orgullo y, de consiguiente, me esforzaré siempre en favorecerlo. Ya he dicho a Vd. ayer, de oficio, que la división de Lara compuesta de 3.000 hombres debe marchar de Arequipa para Colombia de febrero en adelante, por lo mismo, yo quisiera saber adonde quiere Vd. que vaya esta brillante división. Diré a Vd., de paso, que si* la mandan al Sur de Colombia se pierde, porque la mayor parte son suranos y peruanos. Esta división puede servir en Venezuela divinamente, porque está muy bien compuesta y ama infinito a su general. Para el Sur de Colombia tenemos los batallones que están en Lima, que son compuestos de hombres del Norte. Además, Vd. crea, que si perdemos la oportunidad de llevar una buena división a Venezuela, después no tendremos otra, a menos que nos cueste mucho dinero conseguirla de Europa o de los aliados. Si embarazan unas tropas a otras en Venezuela, no hay más que hacer marchar a Cundinamarca y aun al Sur aquellos batallones y escuadrones. En su larga marcha quedarán reducidos a simples cuadros, y entonces es muy fácil mantenerlos adonde quiera y a muy poca costa. Repito que una división como la de Lara, jamás la hemos tenido, y, por lo mismo, debemos llevarla al Norte: en el Sur se perdería porque la mayor parte son suranos y los demás estarán tan vecinos a sus tierras que se volverían. Por otra parte, la oficialidad es escogida y todo lo que había de morralla se ha echado fuera. La división de Córdoba quedará en el Alto Perú por el tiempo que quede aquí el general Sucre, y siempre podremos disponer de ella para cualquier auxilio en Colombia. Entre las dos divisiones Córdoba y Salom tendremos 5.000 hombres en el Perú, los que podrán aumentar hasta 7.000 para completar nuestros 13.000 que hemos traído. Después que escribí a Vd. en el último correo, me quedé atónito al ver las atrocidades que han escrito contra Vd. en Bogotá; pero, por fortuna, son tan grandes que en lugar de dañar, justifican, pues nadie puede darles crédito. Soló por no oír tales abominaciones no seré jamás presidente de Colombia, hemos quitado la mordaza de la boca para que nos digan injurias, y se está realizando la fábula de la serpiente con el hombre, que al primer calor que sienten, emplean su saña contra sus benefactores. Los enviados de Buenos Aires están tan satisfechos del recibimiento que les he hecho, que no piensan más que en lisonjearme hasta el extremo de lisonja más exagerado. El general Alvear, que según todas las noticias es el militar de más crédito, y que realmente tiene mérito, se vuelve inmediatamente para Buenos Aires con grandes miras; él desea ponerse de acuerdo conmigo en todo, y por todo: ha llegado a proponerme (como pensamiento secreto) la reunión de la República Argentina, y Boliviana, llevando toda ella mi nombre; él no abandona este proyecto por nada, y menos aun de llamarme a fijar los destinos del Rio de la Plata; él dice que sin mí su patria vacilará largo tiempo, y que, exceptuando cuatro individuos del gobierno, todo el pueblo me desea como un ángel de protección. Chile y Buenos Aires están en un caso igual y ambos me desean ardientemente. Por lo mismo, Vd. puede imaginarse cuantos atractivos tienen para mi estos beneficios por hacer a pueblos hermanos y beneméritos, y cuyos gobiernos han querido desacreditarme por el terror que me tienen, de suerte, que Vd. debe hacer los mayores esfuerzos para que la gloria de Colombia no quede incompleta, y se me permita ser el regulador de toda la América meridional. Crea Vd. que Chiloé y Chile se perderán para siempre sin mí; crea Vd. también que quedando yo en el Sur puedo socorrer a Colombia con 20.000 hombres, escogidos e incorruptibles. En una palabra, todo se pierde yéndome yo. Por lo mismo, pida Vd. al congreso un permiso para quedarme un par de años en los pueblos al Sur del Perú. Empleando esta frase se abraza todo lo que yo deseo. Diga Vd., que como todavía esta república no está proclamada, ni se sabe cuáles son sus límites, no se puede darle un nombre fijo ni señalarme términos; que basta señalarme un plazo, pues si me quiero ir por Buenos Aires, estoy en La Guaira en treinta días, lo que nunca haría en tres meses yéndome a Colombia por tierra, que son más de mil leguas. Lo mismo sucedería con las tropas que yo llevase, pues llegarían más prontamente, sanas y muy bien. Si por allá no hay peligros urgentes, diga Vd. a mis amigos, que serán los interesados en llamarme, que ya yo he hecho bastante por Colombia; pero que haré infinitamente más si me dejan en libertad de obrar como yo juzgo que conviene. Que no me tengan como un chiquito que necesita de ayos, puesto que nadie ha manifestado más consagración que yo a la causa de la patria. Para nada sirvo en el interior de Colombia, porque de un momento a otro puedo ser envuelto por una facción, en tanto que, quedándome fuera, a la cabeza de un grande ejército, me hallo fuera del alcance del peligro y amenazo, por consiguiente, con una fuerza formidable a los partidos criminales. Cuente Vd., siempre y en todo caso, con 20.000 hombres a volar a donde los llame la salud de la patria. César en las Calías amenazaba a Roma, yo en Bolivia amenazo a todos los conspiradores de la América, y salvo, por consiguiente, a todas las repúblicas. Si yo pierdo mis posiciones del Sur de nada sirve el congreso de Panamá y el emperador del Brasil se come al Río de la Plata y a Bolivia. No he tenido todavía correo, y estoy sin noticias del Norte. Hemos tenido noticias de Inglaterra hasta fines de julio: no hay nada que merezca la atención. Algunos hablan de guerra, pero sin fundamento. En La Habana dicen que hay 10 ó 12.000 hombres, que pueden ir sobre Méjico. Ojalá hicieran esta locura para que perdieran a Méjico y a La Habana a la vez. En caso que tal suceda, ofrezca Vd. 6.000 colombianos del Sur y 4.000 peruanos que yo llevaría inmediatamente a donde ,el peligro los llamase. Pero entienda Vd. que yo prefiero ir a Méjico a La Habana por las razones de marras. Sólo en el último caso, lo arrostraremos todo, y aun iremos a España.

Soy de Vd. de corazón.

Bolívar.

| | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0