POTOSI, 12 DE OCTUBRE DE 1825
GENERAL TOMÁS DE HERES
Por fin han llegado los señores general Alvear y Díaz Vélez. He tenido con estos señores varias conferencias privadas sobre los objetos de su comisión: me han hablado con mucha franqueza sobre la guerra del Brasil, los auxilios que esperan del Perú, Colombia y aun de esta República Bolívar. Vd. conoce mejor que nadie mi posición con respecto a aquellos dos estados, y que no me es permitido aventurar sus opiniones, menos aun disponer de sus recursos. Además, la asamblea del Istmo está reunida, y sería una falta imperdonable que yo tomase la menor decisión, sin consultarlo con la asamblea. Por lo que toca al Alto Perú, yo puedo obrar en él libremente y disponer de sus fuerzas en auxilio de Buenos Aires: primero, porque en este país ejerzo todos los poderes; .segundo, porque nada sería más justo que estas provincias correspondiesen a los sacrificios que, en otro tiempo, hicieron por ellas las de Buenos Aires: y tercero, porque esta república tiene ultrajes muy recientes que vengar contra los portugueses, que ocuparon de un modo atroz la provincia de Chiquitos, y aun continúan en su territorio dos avanzadas. Así es que si esta comisión me pide auxilios de este estado, no podré negarlos. Es decir, cuando sea reconocido por el Perú, Bolívar. Me ha parecido prudente, en las actuales circunstancias ordenar al general Salom, que suspenda el embarque de los 1.200 hombres que debían marchar al Istmo, luego que se rindiese el Callao. Pero, al mismo tiempo, le prevengo, que si el gobierno de Colombia le pidiese éstos y todas las tropas de Colombia que están a sus órdenes, las remita porque nuestro primer deber es la obediencia al gobierno.
Tenga Vd. la bondad de decirle al presidente que mucho he tenido que batallar con los plenipotenciarios que me querían forzar: primero, a reasumir las facultades del consejo de gobierno en relaciones exteriores, y segundo, que tampoco querían que yo esperase el reconocimiento del congreso peruano para proclamar la República Boliviana.
Ellos dicen que el Perú no tiene ningún derecho a este país, y que así bastará que el Rio de la Plata hiciese el reconocimiento del país para que de hecho fuese un estado. También se han empeñado mucho en que disponga de las fuerzas del Perú. Mi respuesta ha sido que el Perú no necesita de fuerzas militares por ahora, y que aun le sería útil aguerrir su ejército y descargarse de una gran parte de sus gastos, pero que no puede entrar en una guerra de mucha consecuencia, mientras que no lo decida el congreso, si lo tuviere por conveniente. Cinco horas de conferencia hemos tenido sobre estos tres puntos capitales. En conclusión, yo me he denegado a todo, porque no tengo autoridad para nada, pero les he manifestado muy buena voluntad y muy buenos deseos. También les he dado algunas esperanzas con respecto a las fuerzas de la República Bolívar. Buenos Aires está en el mismo estado en que estaba Lima cuando me llamaron de Guayaquil y por lo mismo me hacen mil y mil ofertas de mando, etc.
BOLÍVAR.
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