.
Portada del sitio > 4) Período (07AGO AL 31DIC 1813) Correspondencia Oficial > DOCUMENTO 300.COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR DIRIGIDA AL GOBERNA­DOR DE BARINAS, (...)

DOCUMENTO 300.COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR DIRIGIDA AL GOBERNA­DOR DE BARINAS, MANUEL ANTONIO PULIDO, FECHADA EN CARACAS EL 12 DE AGOSTO DE 1813 EN LA QUE LE EXPONE SUS IDEAS FUNDAMENTALES PARA LA ORGANIZACIÓN Y BUENA MARCHA DEL ESTADO.*

Al Gobernador de Barinas.

A nada menos quisiera prestar materia que a las sospechas de los celosos amantes del federalismo que pueden atribuir a miras de propia elevación las providencias indispensables para la salvación de mi país; pero cuando pende de ellos la existencia y fortuna de un millón de habitantes, y aun la emancipación de la América entera, toda consideración debe ceder a objeto tan interesante y primero.

Lamento ciertamente que en el oficio de V. S. de 27 de julio [1] se reproduzcan las viciosas ideas políticas que entregaron a un débil enemigo una República entera, incomparablemente más po­derosa en proporción. Recorra V. S. la presente campaña y halla­rá que un sistema muy opuesto ha restablecido la libertad. Malo­graríamos todos los esfuerzos y sacrificios hechos si volviéramos a las embarazosas y complicadas formas de la administración que nos perdió. Vea V. S. cómo no son naciones poderosas y respetadas sino las que tienen un gobierno central y enérgico. La Fran­cia y la Inglaterra disponen hoy del mundo, nada más que por la fuerza de su gobierno, porque un Jefe sin embarazos, sin dila­ciones, puede hacer cooperar millones de hombres a la defensa pública.

¿Cómo pueden ahora pequeñas poblaciones, impotentes y po­bres, aspirar a la soberanía y sostenerla? Me objetará V. S. las soberanías de los Estados Unidos; pero primero estas soberanías no se establecieron sino a los doce años de la revolución, cuando terminada la guerra aquella Confederación estaba reconocida de sus propios opresores y enemigos; hasta entonces los mismos ven­cedores habían sido los Jefes superiores del Estado, y a sus órde­nes todo salía sin réplica: ejércitos, armas y tesoro. Segundo, que las Provincias de los Estados Unidos, aunque soberanas, no lo son más que para la administración de la justicia y la política interior. La hacienda, la guerra, las relaciones exteriores de todas las soberanías, están enteramente bajo la autoridad del solo Pre­sidente de los Estados. Ninguna Provincia tampoco es soberana, sin una población y riqueza bastante para hacerla respetar por sí sola. Ochocientos mil habitantes es la menor población de la más débil soberanía de aquellos Estados.

En la Nueva Granada la lucha de pretensiones semejantes a las de V. S., degeneró en una abominable guerra civil que hizo correr la sangre americana, e iba a fenecer la independencia de aquella vasta región, sin mis esfuerzos para mediar una conci­liación y el reconocimiento de una suprema autoridad. Jamás la división del poder ha establecido y perpetuado gobiernos, sólo su concentración ha infundido respeto para una nación, y yo no he libertado a Venezuela sino para realizar este mismo sistema. ¡Ojalá hubiera llegado el momento de que pasara mi autoridad a otras manos! Pero mientras dure el actual e inminente peligro, en des­pecho de toda oposición, llevaré adelante el plan enérgico que tan buenos sucesos me ha proporcionado.

Observa V. S. que no teniendo en sus manos el Poder soberano sobre esa Provincia, se entorpece el curso de los negocios y no atiende V. S. a los embarazos que añade a la expedición de ellos la necesidad de que intervengan las disposiciones de muchos hom­bres a efecto de que se haga una sola cosa. Para intimar mis ór­denes debo entenderlas, comunicarlas y archivarlas [2] . Esto que por sí tiene sus lentitudes, debía ser lo único y suficiente; mas si es necesario que una y otra autoridad delibere sobre lo mismo, in­terprete y practique las más formalidades, se atrasan los momen­tos y no se ejecutan debidamente, o más bien jamás, las disposi­ciones necesarias a toda la Nación, pues una de dos cosas: o de­ben obedecer las órdenes supremas y entonces otro soberano no es más que un rodeo inconducente y lento; o puede desobedecerlas y modificarlas, y está destruida la cooperación o disuelto el Es­tado.

Mientras más resortes haya que mover en una máquina, tanto más lenta será su acción; mas si no hay sino un solo resorte, gi­ran con rapidez y son más sus efectos. Simplifiquemos, pues, los elementos del Gobierno, reduzcámosles a un resorte, si es posible, y hará en menos tiempo más utilidades que los perjuicios reales que con muchos resortes haría por dilatado tiempo. En conclu­sión, para que no quede lugar alguno a la calumnia y para que haya en V. S. una suma de autoridad semejante a la soberana, dejo al cargo de V. S. la suprema administración de la justicia ci­vil y criminal sin apelación, reservándome, como en todos los go­biernos que existen, los demás departamentos del Poder: la gue­rra, la paz, las negociaciones con las Potencias extranjeras y la Hacienda Nacional. V. S., entre tanto, como Gobernador de la Provincia, será el órgano para la ejecución de las órdenes que se expidan sobre los objetos indicados.

Si un Gobierno descendiera a contentar la ambición y avaricia humanas, piense V. S. que no existirían pueblos que lo obede­ciesen.

Es menester sacrificar en obsequio del orden y del vigor de nuestra administración, las pretensiones interesadas; y mis inno­vaciones, que en nada exceden la práctica del más libre gobierno del mundo, serán sostenidas a toda costa por exigirlo mi deber y mi responsabilidad.

Nadie más que V. S. debe estar penetrado de estos dogmas po­líticos, y esta persuasión me ha animado a la exposición franca y sencilla de nuestro mutuo deber.

Dios guarde, etc.

Caracas, agosto 12 de 1813.

SIMÓN BOLÍVAR.

* De un impreso moderno. O’Leary, Memorias, correspondencia oficial, pp. 337-339, quien dice que toma el documento del "Copiador de la Secretaría". La Comisión Editora no ha podido examinar el referido Copiador. Existe una copia manuscrita de puño y letra de J. B. Pérez y Soto, en el Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 37v.-39. Blanco-Azpurúa, Documentos, IV, pp. 761-762 da erróneamente este documento con fecha 13 de octubre, por mala interpretación de lo que dice José Austria en Bosquejo de la Historia Militar de Venezuela. Véase la edición de la Academia Nacional de la Historia, Caracas, 1960, II, p. 82. Sobre el destinatario, Manuel Antonio Pulido Briceño, véase la nota 1 del doc. N° 255, correspondencia oficial de esta colección.

Notas

[1] No se conoce este documento. En él, Pulido pudo dar respuesta a alguno de los que Bolívar le dirigió desde Guanare el 19 y el 20 de julio de 1813. Véanse los docs. Nos. 261, 262 y 263, de la correspondencia oficial.

[2] Esta redacción parece algo confusa en el texto impreso que segui­mos. Tal vez lo que Bolívar dictó fue "debe", en lugar de "debo", o acaso "debo extenderlas" en vez de "debo entenderlas".

| | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0