Quito, junio 25 de 1822, 12º.
Excmo. Señor:
La heroica compartición del Teniente Abdón Calderón en la acción de Pichincha, su brillante conducta militar en toda la campaña, los revelantes méritos de su padre en la revolución de Quito, en que murió, el estado de pobreza en que está sumergida su familia, que siendo guayaquileña trabaja allí cuanto puede por nuestro servicio y, en fin, muchos motivos de política hacia Guayaquil, a todo el país y al ejército, me aconsejaron dictar el día de la muerte de Calderón el Decreto que tengo el honor de acompañar a V.E., continuándole a su madre el goce del sueldo que correspondía a este oficial.
El decreto queda por el último artículo sujeto a la aprobación o reforma de V.E. y yo me atrevo a recomendarlo a su consideración, porque lo creo debido y razonable, porque la pensión es sólo por la vida de la madre y una corta cantidad, y porque creo que la política y la justicia lo reclaman, V.E., sin embargo, resolverá lo que sea de su superior agrado.
Dios guarde a V.S. muchos años.
ANTONIO JOSÉ SUCRE
Al Excelentísimo señor Libertador Presidente de Colombia.
SECRETARIA GENERAL
Cuartel General en Quito, a 25 de junio de 1822.
Al señor General de División Antonio José Sucre.
Señor General:
He tenido el honor de presentar a S.E. el Libertador la comunicación que V.S. le ha dirigido en esta fecha y tengo el de trasmitir a V.S. la resolución de S.E.
S.E. el Libertador no tiene facultades para asignar pensiones en vista de ver suspendidas por el Congreso Nacional las que antes existían; pero mientras que el Poder Legislativo resuelve lo conveniente, puede V.S. mandar pagar la pensión que asignó a la madre del Teniente Calderón.
Dios guarde a V.S. muchos años.
JOSÉ GABRIEL PÉREZ
* Archivo Histórico Nacional, Salón de la República, "Ministerio de Hacienda", tomo CCLXXV, folio 527 r.. (Colombia).
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