Quito, 21 de junio de 1822.
Al señor general Juan de Escalona [1].
Mi querido general:
Ya estamos en Quito, libre y colombiano. Todo está por nosotros en este vasto país, sin que nos falte más que Guayaquil, para donde parto a llevar la ley de Colombia: se asegura que no costará mucha pena. El general Sucre se ha llenado de gloria y se ha hecho adorar en estos pueblos; mandará este inmenso departamento hasta las fronteras del Perú. Tendremos otro Soublette en el Sur, pero con menos gana de renunciar, sin por eso ser más ambicioso.
Este hermoso país tiene tres o cuatro cosas muy buenas: ser muy patriota y muy colombiano; ser muy poblado de indios y de blancos; estar muy bien cultivado; y estar tan lejos!!! Aquí exclamará Vd. ¡Ah, quién estuviera por allá! Pienso estarme algún tiempo por este país para arreglarlo todo con el Perú, con Guayaquil y con Quito mismo; pero no piense Vd. que me olvido de mi querida Venezuela. A fines de este año iré a Bogotá, y a principios del próximo estaré en Caracas, sin presidencia, sin facultades omnipotentes, y con el solo oficio de amigo de Colombia, y cuando todo turbio corra, de general de su ejército. Ofrezco a Vd. ir a ayudarle desde las riberas del lago de Valencia, a condición de que no me dejen solo con tanta gente mala encima. Si no me ayudan por allá Vd., el general Páez y los otros buenos jefes de Colombia, prefiero emigrar a España, o conquistar cualquiera tierra que tenga pleito con Colombia.
Al general Páez tenga Vd. la bondad de comunicarle esta carta para que la tenga por suya; que me diga con anticipación los encargos que debo llevarle del Sur, aunque no sea más que la bagatela de un ejército del Sur. Escríbale Vd. al general Bermúdez de mi parte muchas cosas agradables y dígale cuanto quiera de mí, pues lo pienso mucho, como dicen por acá. Dele Vd. muchas memorias a mi Guardia, y que la felicito por la derrota de Morales y toma de Puerto Cabello, si tales noticias son ciertas. Quiera Dios que la plaza que resistía haya caído.
Adiós, mi querido general, reciba Vd. el corazón de quien le ama de mil modos.
BOLÍVAR
* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador". (Fundación Lecuna), tomo III, págs. 237-238.
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