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DOCUMENTO 6618. NOTA OFICIAL DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ AL SECRETARIO DE LA GUERRA, FECHADA EN POPAYAN EL 9 DE FEBRERO DE 1822, POR LA CUAL LE PARTICIPA LAS BAJAS POR ENFERMEDADES. CON LA COOPERACIÓN DE SUCRE LA CAMPAÑA TENDRA ÉXITO. ESPERA LA LLEGADA DE REFUERZOS ENVIADOS POR SANTANDER. EL BATALLÓN RIFLES YA ESTA EN LA PLATA. EL CNEL. CASTILLO REGRESO DE SU COMISIÓN A QUITO. MOURGEON SE NIEGA A PARLAMENTAR. CONTINÚAN LAS BAJAS POR ENFERMEDADES. EL VICEPRESIDENTE, ORGANIZARA A PANAMÁ Y EL LIBERTADOR SOLO TENDRÁ INTERVENCIÓN EN LO MILITAR. EL TENIENTE CORONEL JOSÉ MARÍA OBANDO SE PASO A LOS PATRIOTAS EL 7 DE FEBRERO EN LA NOCHE.*

Popayán, 9 de febrero de 1822.

Al Señor Secretario de Guerra.

Ayer recibió S.E. el Libertador Presidente las comunicaciones de S.E. el Vicepresidente de la República, de 28, 29 y 30 de enero último y queda S.E. el Libertador impuesto de cuanto ellos contienen.

Es bien sencillo no poder decir a V.S. sino cosas tristes de esta División, que cada día se disminuye más, por los enfermos que entran en hospital. Ante de ayer entraron treinta y nueve y ayer sesenta y cuatro. Si V.S. examina mis comunicaciones anteriores sobre este objeto conocerá cual debe ser la baja que ha sufrido y que sufrirá antes de emprender la marcha, sin que haya arbitrio de aumentarla en esta Provincia, pues como antes he dicho a V.S., de los mil hombres pedidos a las municipalidades del Cauca, apenas han presentado seiscientos que se han remitido a Guayaquil por la Buenaventura, y para el completo presentan obstáculos y dificultades casi insuperables. La esperanza de S.E. en el éxito de la presente campaña está fundada en la cooperación del General Sucre por Guayaquil o Cuenca con las tropas que antes tenía la División de su mando engrosada con las reclutas que se le han remitido por la Buenaventura y los mil hombres que deben venir de Panamá a Guayaquil o Esmeraldas, y con la venida de los batallones de la Guardia, tan aumentados y en buen pie, como participa S.E. el Vicepresidente.

El General Valdés llegó el 6 a la Plata con los Rifles.

Ha regresado el Coronel Castillo, comisionado cerca del Gobierno de Quito, y el resultado de su comisión es el siguiente: Llegó hasta diez leguas de aquella capital, habiendo recibido antes el salvoconducto para llegar hasta ella, pero a la distancia dicha le mandaron retroceder. El Capitán General Mourgeon se denegó a entrar en la negociación del canje bajo el pretexto de que ya había puesto en libertad a nuestros prisioneros bajo su propia responsabilidad, y siendo ésta la parte ostensiva de la comisión del Coronel Castillo, estimaba inútil su llegada a Quito y toda sesión o conferencia sobre ella; denegándose también a oír las proposiciones que verbalmente debía hacerle el Coronel Castillo y eran el segundo objeto de la misión. En su tránsito por el territorio enemigo dice que no ha observado en los pastusos aquella terca obstinación de defender al Rey; pero tampoco ha observado disposición en ellos a adoptar, o difundir nuestra causa. Da noticias generales de las fuerzas enemigas establecidas desde Patía hasta las cercanías de Quito, pero estas noticias no son ni exactas ni precisas, de modo que no puede formarse un juicio cierto sobre hechos positivos. La misión no ha tenido ningún efecto. El Coronel Obando ha quedado enfermo en el territorio enemigo.

Para que el Gobierno forme una idea exacta de la verdadera posición de S.E. el Libertador en esta ciudad diré a V.S. que si permanece en ella esperando la llegada de la última columna que conduce el Coronel Salom, pierde aquí por lo menos treinta hombres diarios que se enferman, sólo de la División de Vanguardia compuesta de los Batallones Bogotá y Vargas: este número se aumentará proporcionalmente luego que llegue la columna que manda el Señor General Valdés, de modo que cuando llegue la última columna del Coronel Salom, la División de Vanguardia estará destruida en su totalidad y la columna del General Valdés cuando menos habrá perdido una tercera parte de su fuerza. No se crea que en esto haya la menor exageración, pues según los partes del Jefe del Estado Mayor el 7 del presente entraron en el hospital treinta y nueve enfermos; el 8 sesenta y cuatro como he dicho arriba, y hoy ochenta y nueve. Si estando la tropa, en reposo, en excelentes cuarteles bien abrigada, vestida y aseada, alimentada con libra y media de carne, otra tanta cantidad de turmas, dos onzas de arroz, una botella de aguardiente con quina para ocho individuos y dos pesos mensuales para pan, se enferma de este modo, ¿qué sucederá cuando emprenda la marcha por un país mortífero, abrasado y por donde sufrirá infinitas privaciones? Este cuadro aunque horrible es exactamente verdadero.

S.E. el Libertador en caso necesario no tendrá en el Istmo de Panamá más intervención que en la parte militar, así es que S.E. el Vicepresidente organizará aquel país sirviéndose sólo prevenir a las autoridades de él, que obedezcan las órdenes de S.E. el Libertador, siempre que S.E. se dirija a ellas.

Incluyo a V.S. copia de los dos decretos que se ha servido expedir S.E. el Libertador incorporando los Batallones Bogotá y Neiva a la Guardia, y cambiando el nombre del último, en el de Vargas.

Incluyo también nota de los ascensos que ha habido en este Ejército.

El Teniente Coronel Don José María Obando, Comandante en Jefe de los puestos avanzados del Ejército Español de Quito, se ha presentado en este Cuartel General la noche del 7 en que expiró el armisticio, trayéndose dos oficiales, más un sargento y cinco soldados. Seguidamente ha sido destinado a ocupar los mismos puestos que antes defendía por la causa del Rey, con doscientos soldados de Colombia.

[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]

* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary, tomo XIX, folio 130 vto.

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