Popayán, 27 de enero de 1822.
A los Coroneles Salom y Lara.
Como las bajas que han sufrido aquí [el Ejército] [1] por las continuas enfermedades, los batallones Neiva y Bogotá, no pueden llenarse con los hijos del Cauca que desertan asombrosamente, ha tenido a bien S.E. el Libertador Presidente autorizar al Señor Gobernador de Neiva, Coronel Domingo Caicedo, para que reclute en la Provincia de su mando cuantos hombres pueda y sean útiles para el servicio del Ejército, previniéndole los vaya entregando a los diferentes jefes de los cuerpos de la Guardia como vayan atravesando el territorio de Neiva. S.E. previene que estos reclutas sean conducidos a este Cuartel General amarrados y bien seguros, lo mismo que todos los demás de quienes se tema que puedan desertar en la marcha, como previno al Señor Gobernador de Neiva en su orden de 17 del presente que le mandé anticipara a V.S. y a los demás Jefes de la Guardia, cuya ejecución y cumplimiento reencarga ahora S.E.
También previene S.E. a V.S. que de preferencia se remitan a este Cuartel General los vestuarios hechos, los cincuenta mil cartuchos embalados y todas las piedras de chispa que vendrán en cargas: que además todos los soldados vengan armados y municionados y que lo último sean las armas y las telas para vestuarios.
También quiere que V.S. en su tránsito por Neiva inste vivamente al señor Coronel Caicedo a fin de que entregue a V.S. el resto de las seiscientas mulas que se le pidieron para el servicio del Ejército y de las que sólo han llegado hasta ahora aquí trescientas y pico de modo que faltan casi la mitad, y éstas son las caballerías únicas con que debe contar el Ejército para moverse de aquí a Pastos; así es que V.S. no perdonará medio a fin de que se complete y se remita a este Cuartel General el número de nuevos pedidos, pues aquí no hay ni una sola caballería para mover el parque y los bagajes cuando se emprenda la marcha de Pasto.
El Libertador espera que V.S. no perdonará medio a fin de obtener del Gobernador de Neiva, todos los reclutas posibles y el número completo de las seiscientas mulas.
Las alpargatas son de primera necesidad en el Ejército, aquí no hay ni un solo par, y yo he pedido a Bogotá 8 o 10.000 pares, solicite, indague V.S. donde están y que vengan volando.
En este momento acaban de llegar ochenta mulas más de las seiscientas que se han pedido para el Ejército, sirva a V.S. de Gobierno.
Dios guarde, &.
[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]
* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary, tomo XIX, folio 116 y vto.
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