Cali, enero 16 de 1822, 12º.
Al Intendente del Departamento del Cauca.
Los Batallones de Bogotá y Neiva han sufrido una disminución enorme en las pequeñas marchas de esta ciudad a las Juntas de Daguas. La fiebre los ha aniquilado. Este mal no conoce otro origen que la mala calidad de alimento que han tenido en la marcha: sólo carne asada han comido y extenuados de fatiga, se han enfermado y perecido muchos en la montaña. S.E. había sido informado de que había gran cantidad de víveres, y de buena calidad pero no ha habido nada.
La adjunta carta del Señor Mosquera impondrá a V.S. de todo lo que han sufrido, y de como habría sido evitable este mal si se hubieran anticipadamente tomado las medidas para ello.
Los reclutas que deben llevar el mismo camino sufrirán la misma pena o peor suerte, y a pura pérdida se harán esfuerzos para reclutar hombres en este Valle y perderlos en las marchas, antes de comenzar el servicio. S.E. previene que hoy mismo se tomen cuantas medidas sean necesarias, para impedir la continuación de los males que han disminuido a los Batallones Neiva y Bogotá, estableciendo en todos los puntos de la marcha, víveres en abundancia, y de buena calidad, pues es sabido que sólo carne asada no es alimento para unos hombres que marchan por país malsano, desierto y fragoso.
Lo comunico, &.
Dios guarde a V.S., &.
[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]
* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary, tomo XIX, folio 111, vto. al 112.