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DOCUMENTO 6545. OFICIO DE JOSÉ GABRIEL PÉREZ PARA EL SECRETARIO DE GUERRA, FECHADO EN CALI EL 5 DE ENERO DE 1822, EN EL CUAL LE TRANSMITE LAS CONSIDERACIONES EMITIDAS POR EL LIBERTADOR CON RELACIÓN A LA CAMPAÑA PRÓXIMA A EMPRENDERSE PARA LA LIBERTAD DEL SUR.*

Cali, enero 5 de 1822.

Al Secretario de Guerra.

El batallón Bogotá marchó el 2 del presente a la Buenaventura, y el 4 el batallón Neiva, para embarcarse en el Bergantín Sacramento y la fragata Grant, que pueden contener 850 a 900 hombres. Dentro de tres días manchará el señor General Torres con 300 hombres más y se embarcarán con ellos en el bergantín de guerra Ana, con destino a Guayaquil, a reforzar las tropas de Colombia que obran por aquella parte a las órdenes del señor General Sucre. En los buques que sucesivamente vayan llegando a aquel puerto, se embarcarán 1.000 reclutas que se han pedido a las Municipalidades del Cauca, entre libres y esclavos, y toda la Guardia luego que llegue.

El señor Comandante Joaquín París ocupa a Popayán con 230 hombres con órdenes de observar al enemigo, y de no comprometerse.

S.E. el Libertador ha preferido emprender la próxima campaña del Sur por Guayaquil por las siguientes consideraciones:

1º Por asegurar a Guayaquil, y hacer que aquella Provincia se declare por Colombia. Hasta hoy el manejo y las intrigas la han mantenido en una neutralidad incompatible con sus verdaderos intereses, y más aún con los derechos de nuestro Gobierno. No faltan quienes deseen su incorporación al Perú y quienes opinen por el extravagante delirio de que sea un Estado independiente. Si prevaleciera esta opinión, Guayaquil no sería más que un campo de batalla entre dos Estados belicosos y el receptáculo de los enemigos de uno y otro. La Ley Fundamental quedaría sin cumplirse, y Colombia y el Perú jamás estarían seguros, estando confiada a sus propias fuerzas las débiles puertas de Guayaquil. Más funesta aún sería a nuestros intereses la incorporación al Perú. El Departamento de Quito sin otro puerto que éste, tendría mil embarazos y trabas tanto en su comercio interno como externo, y tendría más interés por la prosperidad y estabilidad de un Gobierno extraño que por el suyo propio, que casi le sería indiferente: tendría que recibir la ley que le impusiera Guayaquil en el comercio y dependería más de aquel que de Colombia. Estos y otros males muy graves y de consecuencias de mucha trascendencia se evitan con el envío de tropas colombianas a Guayaquil y sobre todo con la presencia del Libertador allí. Esta marcha no sólo nos asegura a Guayaquil, sino que nos da un grande influjo en los Gobiernos meridionales, agitados por disenciones domésticas, y expuestos a ser la presa de los españoles principalmente el Perú. Estos Gobiernos cobrarán nuevo vigor con la libertad de Quito y con la aproximación del Libertador y de su Ejército. Obrarán con energía y se harán respetar interna y externamente.

2º Este país es muy enfermizo, Patía es mortífero, y todo el Territorio de Popayán a Quito muy quebrado, sin víveres y lleno de posiciones naturales muy fuertes y ventajosas que puede defender el enemigo con facilidad, y nosotros no tomaremos sino a costa de grandes pérdidas.

3º La deserción de todos los caucanos que deben reemplazar las infinitas bajas del Ejército, es infalible y casi irremediable, en la marcha por Pasto.

4º Las caballerías no pueden obrar por la dirección de Pasto y no llegarán útiles al Guáitara, sino las de excelente calidad, y éstas serán muy pocas.

5° La marcha de Guayaquil a Quito apenas será de 10 a 12 días por terreno más provisto, más sano y abundante. En Guayaquil pueden tomarse 1.000 caballos y 1.000 mulas.

6º Marchando por Guayaquil no tendremos más bajas que los enfermos o muertos, no habrá un desertor, pues de aquí a la Buenaventura serán conducidos los reclutas y sospechosos bajo la más segura custodia.

7º Por la vía de Guayaquil un solo combate decidirá la suerte de la campaña. Además cuando nosotros logramos aumentar nuestras fuerzas, el enemigo disminuye las suyas. Los Pastusos no pasarán el Guáitara para ir a defender a Quito. Sólo tendremos que combatir la División de Tolrá, y es más fácil destruir a los Pastusos después de ocupado Quito. Por Guayaquil se aumenta el Ejército con la División del General Sucre y con los 1.000 reclutas del Cauca absolutamente perdidos por Pasto.

8º Los 230 hombres que están al mando del señor Comandante París se aumentarán con todas las altas de los hospitales de Caloto que contienen más de seiscientos enfermos.

Todas estas ventajas se obtendrán siempre que vengan buques en que embarcarse el resto de tropas y la Guardia, mas si no vinieren, siempre tendremos la de que engrosada la División del señor General Sucre con las tropas que ahora se le envían, pueda imponer a Guayaquil, invadir y ocupar a Quito en abril próximo, mientras que S. E. con la Guardia marcha por Pasto, defendido sólo por los Pastusos, que no pueden oponer un número de tropas igual al que conduce S.E. y no parece dudoso el éxito de la campaña.

Incluyo a V.S. copia de los oficios de S.E. el Libertador al Gobierno de Guayaquil, y al señor General Sucre, para que V.S. se sirva comunicarlos a S.E. el Vice Presidente de la República. S.E. el Libertador cree que para su llegada a Guayaquil esté ya reconocido nuestro Gobierno allí.

También incluyo a V.S. original una comunicación del señor General Torres a S.E. el Libertador, para que V.S. la presente a S.E. el Vice Presidente. Ella dará al Gobierno una idea verdadera de la enorme disminución que ha sufrido la División del Sur, tanto por las enfermedades como por la deserción.

Lo que comunico a V.S. de orden de S.E. el Libertador Presidente.

Dios guarde, &.

[JOSÉ GABRIEL PÉREZ]

* De un copiador del Archivo del Libertador. Sección O’Leary, tomo XIX, folios 106 al 107.

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