Magdalena, 18 de julio de 1826.
(Señor General Don Antonio Gutiérrez de la Fuente).
Mi querido general:
Supongo que ya estará Vd. informado de los sucesos de Huancayo causados por los "Húsares de Junín" que se han levantado, dispersado y se han convertido en una horda de bandidos. Se dice que la intención de estos malvados es la de unirse a los huantinos, y aun hacer que participen de sus malvadas intenciones los cuerpos que están más allá. Esta ocurrencia me ha desagradado hasta lo infinito, y me ha tenido sumamente molesto como Vd. lo podrá considerar. Y, a la verdad, que es lo bastante para volver loco a cualquiera.
Por todas estas razones he creído conveniente que el general Santa Cruz fuese a la sierra a poner remedio a todos estos desórdenes, a arreglar el ejército y, en fin, a impedir que tan terrible mal cunda en los demás cuerpos del ejército. Vd., por su parte, debe hacer otro tanto y cuidar que en los cuerpos que están en Arequipa haya el mejor orden y que sé tenga mucha vigilancia, a fin de que ninguno de los insurrectos pueda colocarse entre ellos y sobornarlos.
Aquí no hay nada de particular ni de Europa ni de Colombia. Desde que llegué nada hemos sabido de Páez ni de Venezuela, de suerte que este silencio me tiene a mí en una incertidumbre, a la verdad, desagradable, y aguardo con impaciencia saber lo cierto de un negocio que amenaza la ruina de aquel país.
He visto con mucho gusto todo lo que se ha escrito en Arequipa con respecto a la federación; en las circunstancias actuales, y sobre todo en el porvenir de las cosas, yo no encuentro otro remedio, y aun este mismo será difícil conseguirlo. Sin embargo, no debemos desmayar, y si antes combatimos por la patria, ahora debemos sufrir por su conservación y estabilidad.
Bolívar.
Biblioteca Nacional, Lima. Paz Soldán, 2», II, 97.
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