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DOCUMENTO 10997. CARTA DEL LIBERTADOR PARA EL GENERAL DE BRIGADA BARTOLOMÉ SALOM, FECHADA EN COPACABANA EL 14 DE AGOSTO DE 1825, EN LA CUAL LE TRATA VARIOS ASUNTOS: SU MARCHA HACIA LA PAZ; EL PRONTO EMBARCO DE TROPAS EN ARICA; LA COMPOSICIÓN DE LA SEGUNDA EX­PEDICIÓN QUE HA DE MARCHAR A COLOMBIA, Y EL ENCARGO DE QUE PARTICIPE A LOS MANDOS DE COLOMBIA, LA MAR­CHA DE LAS TROPAS DESDE EL PERÚ.*

Copacabana, 14 de agosto de 1825.

Señor General Bartolomé Salom.

Mi querido general:

He recibido con infinita satisfacción la carta de Ud. del 12 de julio, que no deja de ser bastante agradable, mucho más por saber que Ud. no ha tenido mayor novedad, como nos lo escribieron de Lima. Bien que Ud. es de tal carácter, que aunque se estuviese muriendo nada me diría. Suplico a Ud., pues, mi querido general, no deje de escribirme por cada correo, por todos los extraordinarios que dirija el gobierno, y los particulares, dándo­me todas las noticias del Callao, que tanto me interesan, y las políticas que Ud. sepa. No sabe Ud. el gusto con que yo recibo sus letras, ahora más que nunca, porque en cada una de ellas resucita Ud. para mí. Por Dios, mi querido Salom, cuídese Ud. mucho: todo se puede hacer a un tiempo, cumplir con su deber, con Ud. y conmigo mismo.

Yo estoy en marcha para La Paz y pasado mañana espero encontrar al general Sucre sobre el Desaguadero [1], a donde viene a verme. Yo estaré en La Paz un mes, más o menos, y allí espero recibir la misión que dirige el gobierno de Buenos Aires, por disposición de su Congreso, con el objeto de felicitarme por la libertad del Perú, y haber preservado de la anarquía las provincias del Alto Perú. Este paso, de parte de aquel estado, es para mí muy honroso y yo lo aprecio infinito. La asamblea general del Alto Perú se ha instalado ya; pero nada ha deliberado por no haber llegado los diputados de Santa Cruz de la Sierra. El presidente de este cuerpo me ha dirigido, a nombre de éste, una felicitación muy honrosa, muy entusiasta, que Ud. verá en la Gaceta de Lima.

El general Sucre me dice en su última carta que para el 20 de este mes, estarían prontas a marchar las tropas que van a embarcarse en Arica. Calcule Ud., pues, cual debe ser la celeridad con que deben salir para aquel puerto los trasportes que he ordenado salgan al mar con víveres y aguada. Yo no dudo que al recibir Ud. esta carta ya habrán salido estos buques, que deben estar en Arica muy a principios de septiembre. Si se dilatan, per­deremos mucha tropa en la costa. Lo mismo digo con respecto a los otros buques que deben venir a Quilca, y también recuerdo a Ud. todo lo que le he dicho con relación a las tropas que Ud. debe embarcar para el Istmo, luego que se rinda el Callao. Los prisioneros que se tomen en esa plaza, las tropas que se licencien en Lima de las del Perú, y las que Ud. debe tomar en lea, podrán servirle a Ud. para llenar el batallón Araure, y el escuadrón de nueva creación como he mandado antes.

Somos 15. Véase Ud. frecuentemente con el general Heres, que, con su buen juicio y versación en los negocios, puede serle muy útil. Así se lo prevengo yo a él.

Por la Secretaría General recibirá Ud. las órdenes que le mando a Ud. con respecto a mi nueva determinación. Ellas se reducen a que la se­gunda expedición de tropas que deben marchar a Colombia se componga del batallón Araure y del nuevo escuadrón, y no de las tropas de la división de Lara, como lo había ordenado antes. Así es que en lugar de los buques que deben venir a Quilca en octubre o noviembre, debe Ud. embarcar en ellos mismos, en el puerto del Callao, que para entonces estará en nuestro poder, los 1.400 hombres que compondrán el batallón Araure y el nuevo escuadrón. La tercera expedición, que debía ser la de Ud., vendrá a ser ahora la de las tropas de Lara y Córdova que no saldrá hasta los meses de febrero y marzo y no bajará de 3.000 hombres. Muchos y muy poderosos motivos, me han obligado a hacer esta variación de ayer a hoy. Las dos principales son, aliviar esa capital, luego que se rinda el Callao, de tanta tropa y gastos y tener en el Sur un ejército respetable, hasta ver el resultado de las querellas de los argentinos con los brasileños.

En lugar dé 1.600 hombres que debían marchar de la división del general Córdova, embarcándose en el puerto de Arica, he mandado ahora que no sean sino 900 hombres de la división de Córdova y 700 hombres de la de Lara, para lo cual he mandado que se dividan los trasportes en dos trozos para recibir las tropas que han de embarcarse en Arica y Quilca. Esta es la primera expedición, la de Ud. será la segunda, y la que saldrá de Intermedios en febrero o marzo será la tercera.

Escriba a Ud. muy detalladamente al ministro de guerra de Colom­bia participándole estas nuevas disposiciones, para que allá estén entendidos de todo y tomen sus medidas. Detálleles Ud. el orden y las épocas en que deben verificarse estas tres expediciones, para que todo se haga a un tiempo y sin embarazos. Puede Ud. mandar un oficial con estas noticias y me parece que, por San Buenaventura, irá más pronto, además de repetirlo Ud. por todos los correos.

Dígale lo mismo a Carreño y no se canse Ud. de encarecerle el cuido de estas tropas que son preciosas: repítale Ud. el orden de las xpediciones y suplíquele no deje de construir los tambos [2] que he dicho antes.

Soy de Ud. de corazón.

[BOLÍVAR]

* De un impreso moderno: Simón Bolívar, Obras Completas, tomo II, pp. 199-200.

Notas

[1] Desaguadero: río de Bolivia, que comunica los lagos de Titicaca y Poopó.

[2] En el Perú se define como tambo a cierta especie de tienda rural pequeña.

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