Cuzco, 24 de julio de 1825.
Al Señor Ministro de Gobierno [del Perú].
Para que V.S. se sirva ponerlo en conocimiento del Consejo de Gobierno tengo la honra de decirle, de orden de S.E.: que en el deanato de la Iglesia Catedral de la ciudad de Ayacucho, se coloque al doctor don José Gregorio de Barrenechea, gobernador eclesiástico, que fue nombrado por S.E. en la ocupación de aquella ciudad por las armas libertadoras.
S.E. ha extrañado la variación que el Consejo de Gobierno ha tenido a bien mandar hacer en este particular nombrando gobernador eclesiástico al doctor don Luis de Aristizábal. Los clamores de aquella capital son conformes contra la conducta del dicho Aristizábal, y su antipatriotismo. En aquel coro y aun clero; se encuentran pocos del mérito de Barrenechea. Es el único que ha dado muestras de adhesión al sistema de independencia; mientras que Aristizábal y los demás del coro tiene acreditada su aversión a aquel.
Supuesto todo esto, es fácil de concebirse el desinterés con que serán vistas por el actual gobernador eclesiástico las providencias del gobierno y la interrupción que este desinterés causaría en la marcha de los negocios públicos. [1]
Todas estas consideraciones inclinaron el ánimo de S.E. para el nombramiento dicho de gobernador eclesiástico en la persona del canónigo Barrenechea, y cuando aquéllos en nada han variado, y el doctor Aristizábal carece de los méritos de aquél, justamente extraña S.E. la variación realizada.
También ha dispuesto S.E. se coloque en la media ración vacante en dicho coro de Ayacucho, al presbítero don José María Munarris. Esta gracia le ha sido concedida por decreto de esta fecha.
Tengo la honra de ponerlo todo en el conocimiento de V.S. con el fin indicado de transmitirlo al Consejo de Gobierno.
[FELIPE S. ESTENÓS]
* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O’Leary, tomo 39, folio 64 recto y Vto.