Cuzco, 21 de julio de 1825.
Al Señor Doctor Manuel Córdova, Deán de la Santa Iglesia Catedral de Arequipa.
He tenido la honra de poner en el conocimiento de S.E. el Libertador la apreciable nota de V.S. de 11 del presente. Impuesto de ella S.E. me manda decir a V.S., que celebra su llegada a esa ciudad, porque [1] desea mucho se arregle la lista eclesiástica. De acuerdo con el ilustrísimo señor obispo de esa diócesis, propondrá V.S. los eclesiásticos que deban ocupar dignamente las sillas del coro de esa Santa Iglesia, y los que así mismo [2] deban servir [3] los curatos [4]. Los pueblos necesitan de párrocos virtuosos, de probidad y patriotas que los instruyan en los dogmas de la religión santa de Jesús, y las inspiren al mismo tiempo con el ejemplo y la palabra, el amor a la patria [5] como un deber que les imponen la naturaleza y sus propios derechos; que les haga conocer en fin, [6] que la bienaventuranza no está sujeta a la obediencia al Rey de España.
Tengo la satisfacción de comunicarlo a V.S. de orden suprema, y la de ofrecerle los sentimientos de la mayor consideración con que soy, etc. [7] [FELIPE S. ESTENÓS]
* De un copiador de Secretaría. Archivo del Libertador, Sección O’Leary, tomo 39, folio 56 recto.