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DOCUMENTO 540 COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR AL GENERAL SANTIAGO MARINO, JEFE DEL ORIENTE, FECHADA EN VALENCIA EL 16 DE DICIEMBRE DE 1813, CON LA RELACIÓN DE LA VICTORIA DE ARAURE Y CONSIDERACIONES SOBRE LA FORMA DE GOBIERNO.*

Valencia, diciembre 16 de 1813 [1].

Al ciudadano General en Jefe de Oriente.

Tengo el honor de incluir a V. E. entre otros papeles, los Boletines números 25 y 26 que presentan todavía imperfectamente los resul­tados de la jornada de Araure [2]. Tres mil y más hombres del ejér­cito español, muertos, prisioneros, o dispersos, pagan un tributo a la gloria de los triunfos de la República. Las varias relaciones de los prisioneros, comparadas posteriormente por el Coronel Villapol [3], Comandante de la ala derecha, producen de acuerdo, que el número de los enemigos pasaba de 3.700 hombres, de los cuales 1.400 eran de caballería, cuando aseguramos en el Boletín número 25 que era únicamente el de 3.500 por los informes recibidos antes en la misma Villa de Araure. Ellos eran superiores en el número y calidades de su caballería; nosotros, puede decirse, no teníamos artillería, excepto dos pedreros [4] cuando el enemigo hacía servir en la llanura diez piezas, las más de calibre de a cuatro. Antes de la derrota de nuestra vanguardia éramos superiores en la infantería; pero habiendo tomado todos los fusiles de ella, y arma­do con ellos a sus hastarios [5], entramos en la acción general con una infantería inferior.

Sin embargo, el valor de nuestras tropas, haciéndolas sobrepo­nerse a la cruel desgracia de la destrucción absoluta de la vanguar­dia, las hacía esperar con impaciencia el momento de empeñar el combate. Luego que se formó la línea de batalla avanzaron rápi­damente y en el mejor orden, no obstante el estrago que les causaba el f[uego de la ar]tillería [6] enemiga. Cuando estuvimos a tiro [de fusil] [7] se ordenó por los Comandantes de División romper el fuego por descargas cerradas, lo que se verificó a son de ataque marchando nuestras tropas, y con una vivacidad que no hubieran tenido las más aguerridas europeas. Habiendo cargado al fin nues­tra infantería a la bayoneta, se arrojó sobre la sólida línea de los españoles y la derrotó tan completamente, que apenas se ha salvado para Coro [8] su General en Jefe Ceballos [9] con veinte hombres que logró reunir.

La División del Coronel Villapol que del mismo campo de ba­talla fue destinada a atacar a Barquisimeto [10] lo tomó sin resistencia e igualmente un cañón de a cuatro bien montado y algunos fusiles. Allí se han encontrado también los oficiales heridos que tuvimos en la derrota que sufrimos delante de esta misma ciudad, y que habían quedado prisioneros. El pavor con que los españoles han abando­nado todos los puntos que poseían, no los ha dejado pensar en estos valerosos, que sin duda destinaban a sufrir la muerte.

Supongo habrá recibido V. E. [mis] [11] últimos oficios en que le doy parte de las invitaciones que dirigí a sus Comisionados Coronel Francisco Azcúe [12] y Teniente Coronel Casimiro Isaba [13], para que viniesen a esta ciudad a llenar el interesante objeto a que V. E. los destinaba. Con fecha de 2 de noviembre me anuncian desde Maiquetía [14] su regreso a esa Provincia llamados por ocurrencias de la primera atención. Occidente podía por primer fruto de la victoria, entregarme con preferencia a tratar del gobierno más conveniente a Venezuela, y hacer cesar de una vez su precaria administración, y ese curso incierto e inconstante de las diferentes formas de gobierno que se han sucedido en la República, en fuerza de las circunstancias.

Los Comisionados, es verdad, me han incluido las instrucciones que les dio VE., para que con arreglo a ellas trataran conmigo del gobierno que debía adoptarse. Permítame V. E. responderle con la franqueza militar que debo usar con V. E., que no me parece pro­pio retardar el establecimiento de un centro del poder para todas las Provincias de Venezuela. Me parece sí a propósito que haya dos departamentos militares de Oriente y de Occidente, al cargo de los Jefes actuales, o de aquellos que elija el Gobierno Supremo de Venezuela, o sea el Presidente de los Estados. Las Provincias deben ya elegir sus representantes para la Asamblea general, a la cual toca el nombramiento de este Presidente que ha de tener el mando supremo, tanto para las Provincias [del Oeste,] [15] como del Este. Yo reitero de nuevo mis proposiciones, que me serán sagradas, de no conservar autoridad ninguna, aun aquella que me confieren los pueblos, y mucho menos la de Jefe Supremo del Estado. Lo he ofrecido en mis proclamas, y seré fiel a mis promesas. Excepto el honor de batirme en el campo contra los enemigos de mi país, en cualquier destino que se me conceda, no ambiciono otro de la ge­nerosidad del gobierno que se constituya.

Por premio de los sacrificios de V. E. y de las victorias con que han sido coronados, desearía que fuese el presidente de Venezuela; quien pudo restablecer la República en el Oriente, superando obs­táculos que no hubiera vencido el heroísmo de los Generales más expertos, es, no hay duda, el más capaz de sostener la gloria de la nación, que con la cooperación de sus esfuerzos acaba de libertarse. Pero esta nación debe presentarse al mundo dignamente sometida a un Gobierno Central para que la represente para con los demás poderosos pueblos del mundo. Si constituimos dos poderes inde­pendientes, uno en el Oriente y otro en el Occidente, hacemos dos naciones distintas, que por su impotencia en sostener su represen­tación de tales, y mucho más de figurar entre las otras, aparecerán ridículas. Apenas Venezuela unida con la Nueva Granada po[dría for]mar [16] una nación, que inspire a las otras la decorosa considera­ción que le es debida. ¿Y podremos pretender dividirla en dos?. . . Nuestra seguridad y la reputación del gobierno independiente nos imponen al contrario el deber de hacer un cuerpo de nación con la Nueva Granada. Este es el voto ahora de los venezolanos y grana­dinos, y en solicitud de esta unión tan interesante a ambas regiones, los valientes hijos de la Nueva Granada han venido a libertar a Venezuela.

Si unimos todo en una misma masa de nación, al paso que extin­guimos el fomento de los disturbios, consolidamos más nuestras fuerzas y facilitamos la mutua cooperación de los pueblos a sostener su causa natural. Divididos, seremos más débiles, menos respetados de los enemigos y neutrales. La unión bajo un solo Gobierno Su­premo, hará nuestra fuerza, y nos hará formidables a todos.

Dios, etc.

[SIMON BOLIVAR.]

* Archivo del Libertador, correspondencia oficial, folios 108v-110. Del Libro Copia­dor, escrito de letra de amanuense de la Secretaría. Al margen consta la anotación "Al ciudadano General en Jefe de Oriente". No lleva la indicación del número de orden en el copiador, que correspondería al 42, tal como cons­ta con este número en el extracto del documento que figura en el mismo volumen, folio 112v., que a la letra dice: "Al General de Oriente. Le hace presente el modo de ataque y derrota que hizo al Sr. Ceballos y también sobre el gobierno que deben de formalizar". Sobre el destinatario, General Santiago Marino, consúltese la nota principal del doc. N° 253, en la correspondencia oficial. Debemos señalar un lapsus cálami en el que incurrió el amanuense al fechar este documento, en el copiador, del modo siguiente: "Valencia, 16 de diciembre de 1814". Es evidente el error en el año, que hemos corregido al transcribir el texto, pues no hay duda de que es de 1813. Sin embargo, este lapsus da pie para ciertas reflexiones que pueden resultar de interés. En primer lugar, es bien conocido el hecho de que a comienzos de un año quienes escriben una carta incurren con cierta frecuencia en el descuido de estampar, por automatismo, las cifras del año anterior. Pero el error contrario es más bien raro: que a fines de un año se le ponga a una carta el numeral que corresponde al año siguiente, como sucedió en el caso que analizamos. Esto nos hace pensar que el procedimiento para despachar la correspon­dencia en la Secretaría del Libertador pudo haber sido el siguiente: 1) Bo­lívar dictaba la carta, que un secretario o amanuense escribía en una hoja, como borrador; 2) esta carta, después de corregido el borrador, era pasada en limpio en el original, y éste era despachado a su destino; 3) el borrador se conservaba en la Secretaría y se pasaba luego su texto al copiador. Esta tercera etapa se cumpliría a veces de inmediato, pero en otras ocasiones, por circunstancias de la guerra o por exceso de trabajo podría retardarse de algunos días o aún semanas. Ello explicaría que un amanuense, al pasar al copiador a comienzos de 1814 un documento fechado en 1813 le atri­buyese por automatismo la fecha de 1814.

Notas

[1] Estaba fechado "1814" y se ha corregido como se indica en la nota principal.

[2] Véanse los docs. N° 526, N° 527 y N° 528

[3] Manuel Villapol. Véase el doc. N° 329, nota 1.

[4] Antiguo cañón corto, parecido a un mortero, que utilizaba piedras como munición. De ahí su nombre.

[5] El Dr. Vicente Lecuna, en el lugar correspondiente de Simón Bolívar, Obras Completas, I, p. 80, anota: "Hastario. Soldado de la primitiva legión romana, escogido después de los vélites entre los más jóvenes y me­nos ricos. En nuestra guerra a muerte por falta de fusiles se formaron cuer­pos armados con astas, picas o lanzas".

[6] El documento está roto. Suplimos entre corchetes las palabras o sílabas que faltan.

[7] El folio está roto. Véase la nota 6.

[8] Véase la nota 3 del doc. N° 111. en la correspondencia oficial.

[9] José Ceballos.

[10] Véase la nota 2 del doc. N° 259, en la correspondencia oficial.

[11] El folio está roto. Véase la nota 6.

[12] Véase la nota principal del doc. N° 509

[13] Véase la nota principal del doc. N° 509

[14] Población de la costa venezolana, al oeste del puerto de La Guaira.

[15] El folio está roto. Véase la nota 6.

[16] El folio está roto. Véase la nota 6.

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