.
Portada del sitio > 4) Período (07AGO AL 31DIC 1813) Correspondencia Oficial > DOCUMENTO 389. COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR AL GOBERNADOR DE BARINAS, MANUEL (...)

DOCUMENTO 389. COMUNICACIÓN DE BOLÍVAR AL GOBERNADOR DE BARINAS, MANUEL ANTONIO PULIDO, FECHADA EN VALENCIA EL 20 DE SEPTIEMBRE DE 1813 EN LA QUE LE HABLA DEL ESTADO DE LA CAMPAÑA Y DE LA NECESIDAD DE AUNAR LAS VOLUNTADES ANTE LAS AMENAZAS DEL ENEMIGO.*

Al Gobernador de Barinas.

Cuando crecen los peligros que rodean a la República y me veo empeñado en preservarla del exterminio, he recibido el oficio de V. S. de 1° del corriente, contraído a las diferencias tantas veces suscitadas sobre el federalismo o centralismo.

Permítame V. S. separarme en este instante de nuestra articu­lación [1] y representarle como él es, el verdadero estado de las co­sas. No es tiempo de hacerse ilusión, pues las borrascas que por todas partes se elevan contra Venezuela, amenazan envolverla en su última ruina, si los esfuerzos más heroicos y una cooperación pronta y eficaz de todos los amantes de la buena causa no afianzan la libertad tan fuertemente combatida.

La expedición española que la correspondencia de particulares de Cádiz y las personas de allí procedentes, comunicaban que de­bía llegar por instantes a Venezuela, arribó el día 13 al puerto de La Guaira, compuesta de 7 buques: la fragata Venganza de 40 cañones, una goleta de guerra y 5 transportes con 1.200 hombres de desembarco. Aunque se emplearon todas las estratagemas po­sibles para inspirarles confianza, sólo se consiguió que desembar­cara el segundo Comandante de la expedición [2] , con 15 granaderos que están en nuestro poder. No sabemos cómo, creyéndose des­pués engañados, rehúsan, a pesar de reiteradas solicitudes, venir a tierra el Comandante principal y otros oficiales; pero de resultas de esta negativa, habiendo roto el fuego de las baterías de la plaza sobre los buques, aunque es de presumirse se les hicieron algunas averías, consiguieron sin embargo salvarse y pasar a Puerto Ca­bello.

Calculando fundadamente que estas fuerzas no intentaban ata­car nuestra línea allí establecida, y convenciéndolo los movimien­tos observados, he inferido que su objeto es, o por el río de To­cuyo, o por la salina de Puerto Cabello, penetrar hasta Valencia e internarse en el país. Como este movimiento nos obligaría a levantar el sitio para defender las Provincias, me ha parecido este objeto preferente, y abandonando por ahora lo menos interesante, estoy concentrando todas las fuerzas en esta ciudad para caer so­bre el enemigo y batirlo en campo raso. Para lograr un éxito tan feliz, se hace indispensable renunciar por ahora toda otra atención que no sea la de defendernos. Bien concibe V. S. que sólo los es­fuerzos mayores pueden salvarnos. Después habrá lugar de exa­minar las formas más adaptables de centralismo o federalismo; porque protesto a V. S. que llenado el fin de libertar a Venezuela, no entraré absolutamente a influir con autoridad ninguna, en que se establezca esta o aquella forma de Gobierno. Repito, sí, que por ahora debe ser el Gobierno central, porque un país sin re­cursos y con enemigos, si su administración es embarazosa y está dividida, tiende irremisiblemente a una ruina inevitable. Por lo tanto, mientras está dudosa nuestra suerte y resta aún que hacer lo más para libertar a Venezuela, yo no me separaré de aquellos principios. Luego llegará el momento que vencidos los ejércitos enemigos, expirando mi autoridad, se convoque la Asamblea de notables, con igual voz y representación de todas las Provincias, según su población, y quedará sancionada con ella, como tengo repetido a V. S., la forma del Gobierno y Constitución del Es­tado, pero cualquiera que resulte yo no aceptaré autoridad de nin­guna especie. Más si volviese a ser invadida la República, volaré el primero a los peligros hasta derramar mi sangre en la querella sagrada de la libertad.

Debo decir a V. S. que después de muchas reflexiones, no pue­do descubrir la causa de atribuir contra su carácter las considera­ciones hechas en general sobre la ambición y la avaricia humana. Como éstas entran en un raciocinio sobre las pretensiones de las Provincias a una soberanía más propia para una independencia y separación de los Estados de Venezuela que para la unión y dependencia de todos ellos; y más propio para absorber en sus re­cintos los productos de las rentas públicas que para prestarlos al sostenimiento de los ejércitos en cualquiera parte que estén, y a las urgencias del Estado para las comisiones ultramarinas; como estas ideas, vuelvo a decir, están tan distintas de dirigirse a V. S., debo verdaderamente extrañar el concepto de V.S. mostrando obstáculo en ellas.

Dios, etc..

Valencia, setiembre 20 de 1813.

SIMÓN BOLÍVAR.

* De un impreso moderno. O’Leary, Memorias, XIII, pp. 374-376, da el texto de este documento que dice haber tomado "Del Copiador de la Secretaría" que la Comisión Editora no ha podido examinar. Sobre el des­tinatario, Manuel Antonio Pulido, véase la nota 1 del doc. N° 255, en la correspondencia oficial de esta colección.

Notas

[1] En el sentido de "discusión", o "controversia".

[2] El oficial de la Marina española, Ignacio del Valle Marimón.

| | Mapa del sitio | Seguir la vida del sitio RSS 2.0