Boletín del Ejército Libertador de Venezuela. N° 5.
El fuego de la artillería enemiga ha sido muy pausado en el día de hoy.
La vigía baja ha hecho tiros muy acertados sobre la plaza y castillo donde se han refugiado esta tarde muchas personas y equipajes.
Los buques de guerra y lanchas cañoneras no han vuelto a aproximarse a nuestros costados, y sus tiros han cesado desde que comenzaron los fuegos de nuestras vigías y trincheras.
A las diez de la noche, de orden del ciudadano General en Jefe, se avanzaron dos divisiones de tropas ligeras, por nuestro flanco, al mando de los Capitanes Camacho y Monagas, con el objeto de sorprender al enemigo; con efecto, cuando se calculó que habían llegado a los puntos asignados, se dio la señal de ataque, y se rompió el fuego en nuestra línea, con una viveza extraordinaria; los sitiados huyeron cobardemente hasta encerrarse en sus estacadas, abandonando, como acostumbran, sus fortificaciones, y dejando muchos muertos; mientras tanto los soldados de la República avanzaban con denuedo hasta poner la mano en sus murallas; en este estado mandó el General replegar las tropas a sus posiciones, habiendo logrado con esta diversión militar acabar de consternar a los tiranos, en términos que muchos se arrojaron a los mangles, huyendo del furor de los vencedores.
En esta acción han tenido la gloria de ser heridos los valientes oficiales ciudadanos Capitán Felipe Camacho, Teniente Jacinto Peñalver, subteniente Antonio Carillo (éste último levemente), con siete soldados.
Creyendo los cobardes defensores del Mirador de Solano, al mando del pérfido y atroz Zuazola [1], que la plaza había sido rendida en este ataque, se precipitaron de las murallas, y abandonaron la inexpugnable fortaleza, donde tremola ya el Pabellón de la libertad. La tropa y oficialidad de este fuerte ha estado errante por los bosques inmediatos a las alturas, pero acaban de aprehenderse la mayor parte, y se persigue a Zuazola con partidas de caballería e infantería, que lo harán prisionero inmediatamente. De este modo se ha rendido la más interesante y formidable fortaleza de las vigías.
Quedan pues los españoles reducidos al corto recinto del pueblo interior y castillo; todos sus movimientos en el día y noche indican preparativos de fuga; pero no podrán verificarla impunemente,porque dos bergantines y tres goletas bloquean el puerto y costas inmeditas..
Cuartel General de Puerto Cabello, 31 de agosto de 1813, tercero y primero.
RAFAEL DE URDANETA.
Mayor General
* De un impreso de época coetánea. En la Gaceta de Caracas N° III, correspondiente al día jueves 9 de septiembre de 1813, se publica el texto de este Boletín, el cual debe haber sido asimismo impreso en hoja suelta, que la Comisión Editora no ha podido examinar. Tampoco ha sido posible localizar el original manuscrito.
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