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DOCUMENTO 5644 OFICIO DE PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ PARA EL SEÑOR GOBERNADOR COMANDANTE GENERAL E INTENDENTE DE MÉRIDA, FECHADO EN BOCONO (DE GUANARE) EL 19 DE MAYO DE 1821, POR EL CUAL PARTICIPA QUE EL LIBERTADOR LA­MENTA LA INDIFERENCIA DE LA PROVINCIA DE MÉRIDA PARA QUE HAGA UN DONATIVO DESTINADO A SOCORRER A LOS SOLDADOS ENFERMOS; EN CAMBIO TRUJILLO, MAS POBRE Y MENOS POBLADA, HA SOSTENIDO AL EJÉRCITO SEIS MESES. SE LE ENVÍA DINERO PARA PAGAR EN MÉRIDA EL EMPRÉSTITO FORZADO QUE TOMO. ADMINISTRE CON CELO LOS BIENES NACIONALES Y NO PERMITA FRAUDES.*

Boconó, mayo 19 de 1821 . Al Señor Gobernador Comandante General e Intendente de Mérida.

He recibido los oficios de V.S. de 3, 4 y 10 del corriente, participando la necesidad en que se ha visto de exigir un empréstito for­zoso de trescientos cincuenta pesos para la subsistencia de los hospitales, y la mala disposición de parte del pueblo para franquear este miserable socorro a nuestros soldados enfermos; y consultando si podrán venderse en subasta pública los bienes del emigrado José Fernández. S.E. el Libertador queda instruido de todo y me manda diga a V.S. en contestación:

1º Que S.E. no se sorprende al ver la frialdad, indiferencia e inhumanidad de ese pueblo con la ocasión del empréstito; pues desde que el ejército libertó la Provincia de Mérida, no han cesado sus habitantes de repetir las mismas pruebas de apatía y egoísmo respecto a la causa pública. Las tropas, así como los hospitales que por una urgente necesidad se han establecido en esa ciudad, han causado al Gobierno más gastos que ningún otro cuerpo del ejér­cito y que todos los otros hospitales, siendo de advertir que los de Mérida han sido los peor servidos. A pesar de que S.E. no esperaba ningún servicio de parte de ese pueblo, después que su constante conducta desde el año pasado le había persuadido bien de su ningún celo y su disposición casi hostil contra el ejército, no ha podido menos que extrañar la cruel inhumanidad con que se ha denegado esta vez a socorrer las miserias de nuestros enfermos; ni aun en clase de empréstito, y en una despreciable suma. S.E. creía que la heroica conducta de la Provincia de Trujillo hubiese excitado la emulación, ya que no las virtudes de la de Mérida. Trujillo más pobre, más asolada, menos poblada y menos tranquila, ha podido por su patriotismo mantener el ejército cinco o seis meses: ha provisto, y abundantemente, los numerosos hospitales que ha habido y hay en ella sin gravar las cajas de la República en nada, y sin lamentarse el pueblo de una contribución que voluntariamente se impuso, no en servicio del ejército sino en favor de la humanidad doliente. S.E. celebra sin embargo haber recibido este conveniente testimonio de absoluta denegación de Mérida a toda especie de servicio público para no contar con él de ninguna manera; y quiere S.E. que satisfaga V.S. con los dos mil pesos, que se le han remi­tido, la cantidad que tomó a crédito forzado.

Quiere también S.E. que haga V.S. entender a la Municipalidad de esa capital y a cualquiera otra corporación que haya ahí, la convicción en que está el Gobierno de su inutilidad y repugnancia a servir la patria, porque está satisfecho de que ha logrado el fruto que se ha propuesto.

2º Que no estando exento el emigrado José Fernández de la ley general sobre secuestro y confiscación, deben estar sus bienes secuestrados y confiscados, si ha pasado ya el término que la ley señala; pero siendo los bienes nacionales, en cuya clase entran aquéllos, la única hipoteca ofrecida a los militares para la satisfac­ción del haber que les corresponde, no deben subastarse aún los bienes de Fernández ni ningunos otros, porque empleados ahora los defensores de la patria en completar su obra, no pueden ser los postores en las subastas, y no se verificará el objeto de la ley que les concede vales en lugar de propiedades. Aprovecha S.E. esta oca­sión para recomendar a V.S. que haya el más escrupuloso celo en la administración de los bienes nacionales, que no se permitan fraudes a los administradores y que se conserven en el mejor es­tado posible impidiendo el que se deterioren.

Lo comunico a V.S., etc.

Dios guarde a V.S. muchos años.

PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ

*Archivo del Libertador. O’L. Vol. XVIII, primera parte, Fº 261 y 262.

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