La Plata, 13 de enero de 1829.
A .S. E. EL GENERAL EN JEFE J. A. PÁEZ, ETC., ETC., ETC.
Mi querido general y amigo:
Mientras no tenga la satisfacción de recibir respuesta a las comunicaciones oficiales que se dirigieron a Vd. y demás jefes de Venezuela pidiéndoles varios cuerpos de tropas para organizar un ejército en el centro, no cesaré de repetir a Vd. mi demanda y encarecer a Vd. la urgencia de estacionar sobre la capital de la república un ejército de reserva que la guarnezca y que esté en actitud de acudir al punto en donde sea necesario. Con esta mira he mandado que el batallón Callao, que Vd. manda a Maracaibo en relevo de los "Granaderos", continúe su marcha y sea reemplazado por otro de los cuerpos que deben venir, consiguientemente a mi citada orden de 23 de noviembre.
El general Córdoba me escribe el 8, de Popayán, asegurándome que los facciosos no tenían en Patía sino dos guerrillas de poco más de 100 hombres entrambas; que los Pastos debían estar ocupados por tropas del Sur; que Obando tendría muy poca gente en la línea del Mayo: que trataba de darles un golpe decisivo y exterminador, sin embargo de las incesantes lluvias que experimentan en todo Patía y Popayán. Añade que el coronel Demarquet, al pasar por el valle del Cauca, le mandó noticia de que el general Illingworth había dado un fuerte rechazo a la escuadra peruana, que. trató sin duda de atacar a Guayaquil por el río. De un momento a otro debemos recibir noticias del ejército del Sur de alguna trascendencia.
Con todo esto las vicisitudes de la guerra, los briosos esfuerzos que hará el Perú por sostener la que injusta e infamemente nos ha provocado, el espacioso teatro de operaciones qué hay que ocupar, la multitud de puntos que guarnecer, los reveses que evitar, los infortunios que prevenir, y sobre todo la necesidad de estirpar de raíz la demagogia cuya monstruosa reproducción es tan funesta, me hacen reiterar a Vd. mis reclamos anteriores. La vasta extensión del territorio de Colombia hace que los recursos sean tan costosos y lleguen tan tardíos, que cada vez se hace sentir más la urgencia de organizar un ejército central. Yo espero que Vd. haga para ello un esfuerzo a fin de dar a los cuerpos que marchen la fuerza y movilidad que se requieren.
Soy de Vd., mi querido general, afmo. amigo de corazón.
BOLÍVAR
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