Popayán, 7 de diciembre de 1829. Al Señor J. Rafael Arboleda.
Mi estimado amigo: Juntas recibí las apreciables de Vd. por las que se sirve convidarme de nuevo, a nombre de su digna y distinguida señora, para que vaya a participar de la amable sociedad de esa bella y respetable casa de Arboleda. Desde luego mi primer sentimiento es el de gratitud hacia la señora por su cortés benevolencia, que nunca seré capaz de manifestar suficientemente; pero que no saldrá de mi corazón mientras la amistad sea el sentimiento predilecto que Vd. me inspire. Yo me apresuraré así, a principios de la otra semana, a disfrutar de la hermosa habitación de Japio, y ¡ojalá fuera para siempre! Pero ¿soy tan afortunado? Mientras tanto, cuente Vd. con el más fino afecto de su atento amigo. BOLÍVAR. P.D. El 16 o 17 estaré en Japio, pues saldré el 15.
* Del “Boletín de Historia y Antigüedades”, Nos. 231-232, p. 390. En la publicación de esta carta figura una nota al pie que dice: "Es copia de la carta autógrafa que doy al Conde de Salisbury, en Kingston a 9 de junio de 1830. J. R. Arboleda". Bolívar escribe a su amigo José Rafael Arboleda (1795-1831), aceptándole la invitación a pasar unos días en la hacienda del Valle de Japio (Colombia), expresada en dos cartas de Arboleda, de 2 de diciembre (Cf. O’Leary, “Memorias”, IX, pp. 229-230). en las que le ruega en nombre propio y en el de su esposa, Doña Matilde Pombo y O’Donnell (1799-1876), que honre la casa con su presencia. Efectivamente, el Libertador se detuvo unos días en Japio. José Rafael Arboleda había sido designado este mismo año de 1829 Ministro de Colombia cerca del Rey de los Países Bajos. (Véanse: docs. Nos. 137, nota 7, y 215, nota principal.)
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