Rosario, julio 3 de 1820.
Al señor Comandante General de la Guardia.
Además de lo que digo a V.S. en mi oficio de esta misma fecha, me manda S.E. que añada:
1° Que las enjalmas que se envíen para [que no] [1] sean muy buenas para que no maltraten las bestias.
2° Que el Teniente Coronel Carbajal vaya encargado de [esta] [2] las mulas y de la conducción de los fusiles, dándole V.S. las más prolijas y detalladas instrucciones para el mejor cumplimiento de su comisión.
3° Que se compre todo el maíz posible, y lo lleven ahora las mulas para que tengan ración de grano en la montaña, y que además se siga comprando y enviando, en la cantidad que se pueda conseguir, a Río Frío, para que lo encuentren allí cuando salgan las cargas y tengan las mulas, no sólo para comer entonces, sino para llevar en retorno para la montaña.
4° Que el maíz que se lleva a la montaña se vaya dejando depositado en los paraderos, donde deben rendirse las jornadas, pero de modo que no se lo roben los pasajeros ni se deteriore.
5° Que junto con las muías, o antes, mande V.S. reparar en lo posible el camino, haciendo poner balsas o puentes en los caños para que no se moje el armamento ni se detenga mucho en la montaña.
6° Y último que se renuevan los encarecimientos para que todo esto se haga a la mayor brevedad.
Dios guarde, etc.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* Del copiador de la Secretaría. Archivo del Libertador, O’Leary, tomo XVII, folio 70 y vto., 2a parte.