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DOCUMENTO 153. CARTA DESDE CUZCO, DIRIGIDA A DON JOSÉ JOAQUÍN OLMEDO, CON EL COMENTARIO AL POEMA "CANTO A JUNIN", DEDICADO POR EL POETA ECUATORIANO AL LIBERTADOR."

Cuzco, a 27 de junio de 1825.

Señor José Joaquín Olmedo.

Querido amigo: Hace muy pocos días que recibí en el camino dos cartas de Vd. y un poema [1]: las cartas son de un político y un poeta; pero el poema es de un Apolo. Todos los calores de la zona tórrida, todos los fuegos de Junín y Ayacucho, todos los rayos del Padre de Manco-Capac [2], no han producido jamás una inflamación más intensa en la mente de un mortal. Vd. dispara. . . donde no se ha disparado un tiro [3]; Vd. abrasa la tierra con las ascuas del eje y de las ruedas de un carro de Aquiles que no rodó jamás en Junín; Vd. se hace dueño de todos los personajes: de mí forma un Júpiter; de Sucre [4] un Marte; de La Mar [5] un Agamenón y un Menelao; de Córdoba [6] un Aquiles; de Necochea [7] un Patroclo y un Ayax; de Miller [8] un Diomedes, y de Lara [9] un Ulises. Todos te­nemos nuestra sombra divina o heroica que nos cubre con sus alas de protección como ángeles guardianes. Vd. nos hace a su modo poético y fantástico; y para continuar en el país de la poesía, la ficción y la fábula, Vd. nos eleva con su deidad mentirosa, como la águila de Júpiter levantó a los cielos a la tortuga para de­jarla caer sobre una roca que le rompiese sus miembros rastreros; Vd., pues, nos ha sublimado tanto, que nos ha precipitado al abis­mo de la nada, cubriendo con una inmensidad de luces el pálido resplandor de nuestras opacas virtudes. Así, amigo mío, Vd. nos ha pulverizado con los rayos de su Júpiter, con la espada de su Marte, con el cetro de su Agamenón, con la lanza de su Aquiles, y con la sabiduría de su Ulises. Si yo no fuese tan bueno y Vd. no fuese tan poeta, me avanzaría a creer que Vd. había querido hacer una parodia de “La llíada” con los héroes de nuestra pobre farsa. Mas no; no lo creo. Vd. es poeta y sabe bien, tanto como Bonaparte, que de lo heroico a lo ridículo no hay más que un paso, y que Manolo [10] y el Cid son hermanos, aunque hijos de distintos padres. Un americano leerá el poema de Vd. como un canto de Hornero; y un español lo leerá como un canto del Facistol de Boi-leau [11].

Por todo doy a Vd. las gracias, penetrado de una gratitud sin límites.

Yo no dudo que Vd. llenará dignamente su comisión a Ingla­terra; tanto lo he creído, que habiendo echado la faz sobre todo el Imperio del Sol, no encontré un diplomático que fuese capaz de representar y negociar por el Perú más ventajosamente que Vd. Uní a Vd. un matemático [12], porque no fuese que llevado Vd. de la verdad poética, creyese que dos y dos formaban cuatro mil; pero nuestro Euclides ha ido a abrirle los ojos a nuestro Hornero, para que no vea con su imaginación sino con sus miembros, y para que no le permita que lo encanten con armonías y metros, y abra los oídos solamente a la prosa tosca, dura y despellejadora de los políticos y de los publícanos.

He llegado ayer al país clásico del sol de los Incas, de la fábula y de la historia. Aquí el sol verdadero es el oro; los Incas son los virreyes o prefectos; la fábula es la historia de Garcilaso [13]; la his­toria la relación de la destrucción de los Indios por Las Casas [14]. Abstracción hecha de toda poesía, todo me recuerda altas ideas, pensamientos profundos; mi alma está embelesada con la pre­sencia de la primitiva naturaleza, desarrollada por sí misma, dando creaciones de sus propios elementos por el modelo de sus inspira­ciones íntimas, sin mezcla alguna de las obras extrañas, de los consejos ajenos, de los caprichos del espíritu humano, ni el contagio de la historia de los crímenes y de los absurdos de nuestra especie. Manco-Capac, Adán de los indios, salió de su Paraíso titicaco [15] y formó una sociedad histórica, sin mezcla de fábula sagrada o pro­fana.

Dios lo hizo hombre; él hizo su reino, y la historia ha dicho la verdad; porque los monumentos de piedra, las vías grandes y rec­tas, las costumbres inocentes y la tradición genuina, nos hacen tes­tigos de una creación social de que no tenemos ni idea, ni modelo, ni copia. El Perú es original en los fastos de los hombres. Esto me parece, porque estoy presente, y me parece evidente todo lo que, con más o menos poesía, acabo de decir a Vd.

Tenga Vd. la bondad de presentar esta carta al señor Paredes [16], y ofrezco a Vd. las sinceras expresiones de mi amistad.

BOLÍVAR.

* Archivo del Libertador, vol. 46, folio 54. Del texto impreso publicado en “Los Andes”, de Guayaquil, el 11 de junio de 1870. El Dr. Vicente Lecuna, al publicar este texto en “Simón Bolívar, Obras Completas”, obra citada, tomo I, pp. 1115-1117, lo ilustra con la nota siguiente: "Publicada por primera vez por Francisco P. Icaza, según copia conservada en el Archivo de Martín Icaza, suegro de Olmedo. Véase el periódico “Los Andes”, de Gua­yaquil, 11 de junio de 1870". La Comisión Editora no ha tenido a la vista el original. El destinatario, José Joaquín de Olmedo, era un patriota y poeta ecuatoriano nacido en Guayaquil (1780-1847), autor del celebrado poema” Canto a ]unín”, o “La Victoria de Junín”.

Notas

[1] Se refiere al ya mencionado “Canto a Junín”: cuya primera edición es de ese mismo año de 1825.

[2] Es decir, el sol.

[3] Alude a la acción de Junin, encuentro de caballería en el cual se combatió con armas blancas, lanza y espada, sin que hubiera descargas de armas de fuego.

[4] Se refiere al General Antonio José de Sucre. Véase la nota N° 5 del documento N° 112.

[5] José de La Mar (1778-1830). Natural de Cuenca, figuraba entre los Generales del Ejército Unido Libertador del Perú. Fue más tarde Presidente de este Estado.

[6] José María Córdoba (1799-1829), General neogranadino, uno de los Jefes del Ejército Unido Libertador del Perú.

[7] Mariano de Necochea (1791-1849), General argentino, uno de los Jefes del Ejército Unido Libertador del Perú.

[8] Guillermo Miller (1795-1861), militar británico que contribuyó a la Independencia Hispanoamericana. General en el Ejército Unido Liberta­dor del Perú.

[9] Jacinto Lara (1778-1859), General venezolano, uno de los Jefes del Ejército Unido Libertador del Perú.

[10] Se refiere muy probablemente a un personaje de un célebre saínete de don Ramón de La Cruz, que venía a ser una especie de parodia de “El Cid”de Corneille.

[11] Nicolás Boileau (1636-1711), célebre escritor y crítico francés, autor entre otras obras de Le Lutrin, o sea, El Facistol.

[12] Se refiere al sabio matemático, astrónomo y médico peruano José Gregorio Paredes (1778-1839), compañero de Olmedo en la Misión Di­plomática del Perú a Inglaterra.

[13] El Inca Garcilaso de la Vega (1539-1616), literato peruano nacido en el Cuzco, autor, entre otras obras, de los “Comentarios Reales”, obra a la cual probablemente se refiere Bolívar.

[14] Fray Bartolomé de Las Casas (1474-1566), Misionero y Obispo español nacido en Sevilla. La obra suya a la cual se refiere Bolívar es indu­dablemente la titulada “Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias.”

[15] Es decir, del Lago de Titicaca.

[16] Véase la nota 12 ut supra.

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