Campo de Buijó, frente a Guayaquil, 15 de julio de 1829-19.
A la Señora María Antonia Bolívar.
Mi querida Antonia: Tengo a la vista tu carta de 1° de mayo en que me das la desagradable noticia de no haber sido pagado todavía el viejo Medina [1] de los 4.500 pesos que heredó de su hijo, y que te los ha ido a cobrar nuevamente. Es una linda gracia, no sólo de Antonio Palacios [2], sino de nuestro tío, por cuya mano pasó ese dinero a Antonio, que a esta hora no le hayan pagado a ese pobre hombre, o al menos díchole quién es su deudor. Así se lo digo a mi tío Chano [3] y le suplico que haga verificar el pago a su primo, que es el que está afecto a él saliendo [4] de garante para con el acreedor, porque por su medio lo hice yo desde el año de 27. Tú puedes también asegurarlo así al viejo Medina diciéndole que ocurra a nuestro tío para que lo dirija a Antonio Palacios o a quien corresponda.
Nuestra guerra con el Perú está al concluirse. Acabamos de celebrar un armisticio de sesenta días [5]; y nos han de entregar a Guayaquil [6] dentro de seis, donde entraremos a negociar la paz. Pienso, pues, que podré verte pronto y mientras tanto quedo como siempre tu amante hermano.
SIMÓN.
* Archivo del Libertador, vol. 170, folios 73-74. Original. Firma autógrafa. El resto de Jacinto Martel, incluso el sobrescrito: "Particular. A mi señora Antonia Bolívar. Caracas. Del Libr.", con un sello en rojo que dice: "Guayaquil. Franca". Desde el Campo de Buijó, frente a Guayaquil, escribe a su hermana María Antonia en relación con algunas deudas particulares cuyo pago no se había efectuado todavía, como creía el Libertador. (Véase: doc. No 313 y sus referencias.)