Campo de Buijó, a una legua de Guayaquil, 29 de junio de 1829.
Al Señor Doctor Estanislao Vergara.
Mí querido amigo:
Con mucho gusto e interés he leído la apreciable carta de Vd. de 22 del pasado, a cuyo contenido me reservo contestar más despacio, porque hoy es imposible una correspondencia inmensa para Caracas y el resto de la República y los negocios del ejército y del exterior me absorben hoy muchísimo tiempo a que agregara Vd. que estoy un poco adolorido de la cabeza, que es bastante para no poder escribir sin molestia. Comenzare por decir a Vd.que hemos concluido una suspensión de hostilidades para tratar de que nos entregue a Guayaquil, en cuyo caso podremos entrar en un armisticio que traiga muchas ventajas, oficialmente verá Vd. todo lo que se ha hecho en el particular y los fundamentos sobre que he procedido los papeles que han venido del Perú y que he leído muy de prisa por mandarlos a Vds. están excelentes ellos son vindicta de Colombia y mía Vd. los vera allá y conocerá cuanto variado aquel nebuloso Perú que, sumido en anarquía, era la imagen del caos. La Fuente es el mejor Peruano para mandar y jamás ha dado pasos inciertos en la revolución, lo creo el más adicto a nosotros y el aparente para mandar en las presentes circunstancias en Guayaquil está mandando un Español Benavides Coronel y honrado pero hoy o mañana será relevado por el General Cerdeña que ha sido destinado por La Fuente. Este señor es amigo mío y de Colombia, puede sernos útil y al menos es un caballero.
En Quito he mandado reimprimir un papel de suma importancia. El apoya la justicia del tratado de Girón, y en el fondo de él, aunque es verdad que nos dice algunas cosas fuertes, hace la más genuina confesión que podíamos exigir. Aseguro a Vd. que no podemos exigir más satisfacciones por las calumnias e insultos de los periódicos de la administración de La Mar.
Estoy de acuerdo con Vd. en cuanto a lo que me dice de gobierno; pero es preciso pensar mucho, porque no creo que es lo mejor lo más bueno, si no hay posibilidad de hacer ejecutar lo que se intenta.
Por lo que hace a las medidas de seguridad que deben tomarse, diré a Vd. que es necesario calcularlas, pues todo lo que no sea muy seguro es expuesto y lejos de aprovechar podría traer malas consecuencias.
Me es muy satisfactorio estar siempre de acuerdo con Vd., así me sucede ahora en el asunto del señor Elbers y la mitra de Cartagena.
Tendré presente la recomendación que Vd. hace de Alcázar para la legación de Francia, en que puede ser colocado como secretario.
Mucho he celebrado el empeño que se ha tomado para las elecciones: ellas son de una importancia vital, y pasado mañana elegirán los diputados. Como la mayoría sea buena en toda la república podremos hacer algo en beneficio de esta patria, que ha sido la cautiva de una facción.
Deseo a Vd. la mejor salud y soy de Vd. siempre su afmo. amigo de corazón.
BOLÍVAR.
Adición. —Tengo la honra de decir al señor Vergara, de orden del Libertador, que se sirva remitir las adjuntas a sus títulos y, por mi parte, el gusto de saludar al señor Vergara y ofrecerle mi respetuosa amistad.
J. Martel.
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