Samborondón, 21 de junio de1829.
SEÑOR CORONEL JOSÉ MODESTO LARREA.
Mí querido amigo:
He sabido por Demarquet que su señora ha parido felizmente un robusto niño, y que tuvo Vd. el sentimiento de perder al mismo tiempo al que le precedía. Creo que fácilmente reparará Vd. esta pérdida y, por lo mismo, doy a Vd. y a mi señora Dolorita muchos parabienes por ambos sucesos.
Hemos entrado aquí el 16. Aunque los peruanos tenían como 800 hombres y sus lanchas en este punto, no se atrevieron sin embargo a defenderlo. Por su propia confesión perdieron como 150 hombres entre muertos, heridos y dispersos. Sólo 10 hombres hemos tenido de bajas, entre los cuales 2 hombres del país. Sabrá Vd. que el general La Mar ha sido depuesto por el general Gamarra, y enviado por éste a Guatemala. La Fuente está de acuerdo con él; ocupa a Lima. Hay en el Perú cinco o seis partidos, pero el mayor es el mío. Santa Cruz manda tranquilamente en Bolivia; la constitución de este nombre rige a aquel país; hay dos o tres partidos, pero el mío es también el más numeroso. A consecuencia de lo ocurrido con La Mar, Necochea, Prieto y siete jefes más se han embarcado en Guayaquil para Chile. El coronel Benavides manda por los peruanos en lugar de Necochea. El pide un armisticio y que envíe un comisionado cerca de Gamarra para tratar de la paz. Pienso acudir a ambas cosas luego que llegue enfrente de Guayaquil. El ejército se acampará mañana en Buijó, y espero tomar a Guayaquil en todo este mes, sea porque lo mande entregar Gamarra, sea por las intrigas de nuestros muchos amigos que tenemos en la plaza, unidos a los de la Tercera división que tratan de pasarse haciendo un grande servicio de paso, o en último recurso por la fuerza. Han puesto presos al señor Icaza, sus dos hijos, a Lizárraga y veinte personas de las más respetables, para obligarlos a completar una contribución de veinte mil pesos que han impuesto los peruanos; pero sólo ocho mil han podido realizar. Vd. ve, mi amigo, que las cosas no van tan mal y al contrario muy bien.
Ofrezca Vd. mis respetos a la señora Marquesa, y a su esposa. Al Marqués que tenga esta por suya, y Vd. créame su afectísimo amigo de corazón.
BOLÍVAR.
* Archivo histórico de J. Jijón y Caamaño.
No nos consta que el primer párrafo de esta carta esté de acuerdo con el original. Puede ser que falten unas líneas pero si acaso estuviese completo usted puede admitir la hipótesis de que el dictante estaba distraído y no revisó la carta después de hecha. Falta esta última en que incurría con frecuencia.
Don Manuel de Larrea, marqués de San José, fue el amigo más intimo que el Libertador tuvo en Quito. El Libertador, cuando llegaba a dicha ciudad, se alojaba en casa del marqués de San José, en la quinta llamada San José de Rumipamba, a cinco kilómetros de Quito. Esta quinta pertenece ahora a las Hermanas de los Sagrados Corazones. Allí había hasta hace poco el cuarto en que habitaba el Libertador y la cama en que dormía.
Hijo del marqués de San José fue don José Modesto Larrea, personaje ilustrado, a quien el Libertador trataba con afecto casi paternal.
Don José Modesto Larrea fue diputado por el Ecuador a varios congresos de te Gran Colombia y siempre formó parte de la diputación adicta al Libertador. El señor Larrea fue vicepresidente del Ecuador cuando ejercía la presidencia el general Juan José Flores.
Era protector de las ciencias y las artes. Salvó y publicó el manuscrito de la historia del reino de Quito por el padre Juan de Velazco, jesuita. Esta obra de una de las más notables acerca de la historia antigua de América. ---Caracas, 13 de mayo de 1929.---Luis Felipe Borja.
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