Riobamba, 2 de junio de 1829.
AL SEÑOR GENERAL PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ.
Mí querido don Perucho:
Me dicen que Vd. no quiere servir la intendencia ni quiere hacer nada. También observo que hace días que no me dirige una letra ¿qué quiere decir todo esto?
Aquí nos tiene Vd. hace ocho días esperando al coronel Mosquera que, al llegar, lo destiné cerca del general Flores a concertar las operaciones que deben dar la posesión de Guayaquil en todo este mes y dejarme en actitud de regresar a Bogotá, dejando concluida también la guerra con el Perú, pues habiendo tenido éste la pérdida de la fragata "Prueba" por un incendio el 18 del pasado, se encuentra muy desalentado, y además tenemos la felicidad de tener un buen negociador, cual es el señor Gual, que ya ha tenido permiso para venir a nuestro territorio. Si nuestras fragatas hubieran llegado, ya seriamos dueños de Guayaquil, pues ya no hay quien pueda resistirles; pero no llegando estos buques y, aunque tomemos la plaza, siempre quedan los peruanos en actitud de molestarnos con el resto de su miserable marina. Sin embargo, cuento con terminar estos negocios en todo este mes, porque no creo que dilaten más nuestras fragatas que se hacen cada vez más deseables.
De Bolivia y de Lima nos han escrito muy lisonjeramente; desesperan por saber mi llegada al Sur, y urgen porque me deje ver en la frontera. Nos acaban de remitir de Cuenca dos papeles que redacta allí un fraile de bastante talento. Le remito uno de ellos titulado "Una Mirada"; mas como del otro no han venido sino dos ejemplares, no tengo el gusto de remitírselo, pero uno de los dos le envío al general Páez, donde podrá Vd. verlo.
Mis expresiones a toda la familia; y quedo como siempre su amigo de corazón.
Bolívar.
Demarquet y Martel saludan a Vd. con todo el afecto de Ocumare que todos desprecian..... pero que Vd. recordará siempre con gloria, hablo de la gente del nuevo cuño.
RSS 2.0