AL SEÑOR DOCTOR ESTANISLAO VERGARA, ETC.
Mí querido amigo:
He tenido mucho gusto al recibir su apreciable carta con los documentos que han venido de Europa. Me parecen agradables y lisonjeros.
La llegada del señor Bresson y la conducta de la Francia me tienen encantado por las palabras y el modo. Déle Vd. las gracias de mi parte a ese caballero por la manera distinguida con que me ha tratado en su arenga; pero no entiendo lo que quiere decir compensación, a menos que sea con relación a las compensaciones para España.
Debemos asegurar a Madrid y a todo el mundo que haremos los mayores sacrificios para pagar por tres anos la gratificación que hemos ofrecido por conseguir el reconocimiento; lo que no será difícil licenciando la mayor parte de nuestro ejército y desarmando la marina con lo que tendremos mayores ahorros.
Estoy de acuerdo con Vd. en el negocio de Elbers [1] y en la mediación de los Estados Unidos. He obrado y obraré siempre con la mayor dignidad; y más aun con los americanos.
Me alegro mucho que la Inglaterra desconozca el bloqueo del Perú, y tenga Vd. entendido que el comodoro americano del Pacífico y el cónsul de Guayaquil son los más afectos a nosotros que Vd. puede imaginar; lo mismo sucede con todos los extranjeros del mar del Sur.
El primero entre todos es tan afecto a mí como el señor Campbell, a quien debe Vd. dar las gracias de mi parte por la noticia del desconocimiento del bloqueo.
Dentro de tres días me voy para el Sur a obrar militarmente conforme a las circunstancias. Me escriben de Lima que si me acerco al Perú será mi vuelta como la de Napoleón en Francia. Todas las noticias del Sur son excelentes. Chile y Buenos Aires sufren espantosas calamidades por las guerras intestinas. Bolivia va muy bien; y el Perú tendrá muy pronto una catástrofe. Escriban Vds. mucho y pongan en las gacetas las noticias de esos diarios que remito y son muy importantes. Vd. verá el boletín de Tarqui, obra maestra de estupidez y perfidia.
Es preciso despedazar a ese infame La Mar y colmar la medida de nuestra indignación por tan espantosas abominaciones.
Mi secretario Espinar está enfermo y puede ser que en este correo no vaya alguna cosa importante que debiera ir; lo tendrá Vd. entendido y dígalo también a los otros señores ministros para que no extrañen cualquiera cosa que pueda faltarles por ir en esta ocasión como he dicho.
Hágame Vd. el favor de ponerme a los pies de mi señora doña Teresita y soy su amigo de corazón.
BOLÍVAR.
Adición: 20 de mayo. Al cerrar ésta he recibido el parte de una revolución en Piura a nuestro favor.