Quito, 11 de mayo de 1829.
A S. E. El General en Jefe Rafael Urdaneta. etc, etc., etc.
Bogotá.
Mi querido general:
He recibido la apreciable carta de Vd. de 15 de abril último, y también he oído lo que me ha dicho el general Silva de parte de Vd. De todo quedo impuesto, y respondo que me gustará mucho que venga dinero al Sur y que estoy tomando medidas para mandar algunas libranzas. Sentiré mucho que haya Vd. despedido los cuerpos que trajo Silva y la columna de Occidente. Vd. necesita de esos cuerpos en Bogotá para formar un pie de ejército cuando sea preciso, lo que no dudo llegará el caso, según me ha dicho Silva, pues ha observado de Popayán a Pasto un aspecto poco amigo, por consiguiente, mañana u otro día no faltará algún tropezón que vencer por la parte del Cauca, bajo todos aspectos. Prepárese Vd., pues, a formar un ejército para cuando sea tiempo y para entonces tráigalo Vd. y que venga Herrán con Vd. y los demás jefes capaces de servir bien en un campo de batalla. ¡Dios quiera que no sea necesario este sacrificio, y que si acaso haya de hacerse, sea después de tomar a Guayaquil! Lo que debe suceder en todo el mes de junio, pues estoy resuelto a no perder más tiempo, para volverme luego al Norte con todas las fuerzas del Sur que sean disponibles. Yo dejaré aquí pequeños batallones para que se llenen con reclutas del país. Estoy haciendo una gran leva y recogiendo con suceso todos los desertores del ejército, para que no se burlen de mí por la fuerza mis enemigos, pues estoy pronto a dejar el mando muy tranquilamente y con el mayor desinterés; pero yo no lo dejaré nunca sino con la vida cuando me lo quieran arrancar. Por fortuna, el ejército del Sur tiene magníficos jefes y un cuadro inmenso sobre el cual puedo levantar un ejército soberbio.
Las noticias del Perú son excelentes nadie duda que por el mes que viene tendremos una revolución en Lima y en el Sur del Perú. Gamarra ha escrito últimamente a Flores con infinita reserva que cumplirá la oferta luego que La Mar llegue a Guayaquil. La Mar no ha traído allí sino soldados de su mando, y Gamarra ha quedado con todos los suyos, después de una disputa muy fuerte con él. De Vd., entero crédito a todo lo que le han dicho a O’Leary y él debe haber repetido a Vd. sobre las noticias del Sur. Todo está saliendo cierto, tanto lo favorable como lo adverso, pero no hay cuidado, porque lo favorable es muy superior a todo y además mis enemigos son unos pobres locos: La Mar ha perdido enteramente el juicio, dicen que esta delirando, Foley ha muerto loco y todos vuelven locos cuando me quieren hacer la guerra, porque está visto que hay una providencia especial para mí.
El dinero de Figueredo no se cobra porque Manderache está en Lima.
Soy muy suyo de todo corazón.
Bolívar.
Adición: —He mandado que se quede "Callao" en Popayán, y no se necesita que Vd. mande el que se le pidió. Flores me escribe que Gual, que está en Guayaquil en la "Prueba", ha empezado con suceso a trabajar para entablar una negociación con el Perú, y que esperaba mucho de los resortes que había tocado para con La Mar. Flores había reunido todo su ejército sobre Vinces sin la menor pérdida.
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