Quito, 27 de abril de 1829. [1]
Al Exmo. Señor General J. A. Páez, etc., etc., etc.
Mi querido general:
[...] correo no se ha recibido nada de Venezuela [...] aún no había llegado la correspondencia, pero por los informes de los que han venido de por allá sabemos que no hay novedad.
Me he quedado esperando el manifiesto que me gustó mucho y no vino más que un ejemplar: no deje Vd. pues de enviármelo.
Estamos esperando la escuadra para tomar a Guayaquil; pues sin ella no se puede hacer nada. Los peruanos en recompensa a nuestra generosidad se empeñan en continuar la guerra aun con más encarnizamiento; pero ellos cederán a la fuerza, porque tenemos muchas tropas y tropas llenas de entusiasmo. El general Flores está ya avanzado con su [...] varios [...] que La Mar reforzaba Guayaquil [...] ejército, pero será [...] nuestro ejército vale mucho más, está mejor mandado y los intrigantes de Lima junto con nuestros amigos están trabajando a nuestro favor y Ir llamarán la atención a La Mar mientras viene la escuadra.
Omito decir a Vd. las noticias de Méjico porque supongo que ya se las habrá comunicado el general Urdaneta.
Aquí está Lindo conmigo quien me ha dado noticias exactas de Venezuela.
Adiós, mi querido general, no deje Vd. de escribirme, y créame siempre su amigo de corazón.
Bolívar.