Quito, 20 de abril de 1829.
Al señor Dr. José María del Castillo.
Mi querido amigo y señor:
Ayer llegó muy tarde el correo y era día de Pascua, habiéndome traído infinita correspondencia y de mucho interés, que apenas he podido imponerme de ella. Hoy he amanecido con un dolor de cabeza muy fuerte de resultas de que ayer fue 19 de abril y tuve que obsequiar a los amigos con aquel motivo. Por consiguiente, no me es posible contestar las dos cartas largas de Vd.; y con respecto a noticias, me refiero a lo que dice el general González que ha vuelto del Perú, y a otra que escribe Illingworth desde el Daule. El general Heres escribe nuevos horrores ocurridos en Bolivia y nuevos trastornos en el Sur del Perú, causados por el general Santa Cruz, que está en Bolivia, y el general La Fuente que está en el Cuzco.Estos dos generales son adictos a mí.
Madama Bompland me escribe de Lima, sin saber todavía la batalla de Tarqui, que para Julio o antes habrá una revolución en todo el Perú a mi favor. Parece cierto que Gamarra la empezará y mis amigos la concluirán.
Ruego a Vd. que mande proponer al señor Castillo su hermano para el empleo que le convenga y Vd. juzgue que pueda desempeñar bien. Este deseo me nace de la justicia y de la honradez que recomiendan a su hermano.
Me permitirá Vd. que no sea más largo por la causa que llevo indicada.
Ruego a Vd. también me excuse con los señores ministros por mi silencio en esta ocasión, y que pueden informarse por ésta del estado de las cosas del Sur.
Póngame Vd. a los pies de mi señora doña Teresa y quedo de Vd. afectísimo amigo de corazón.
Bolívar.
P. D. —He visto las "Lunas", que son horrores puros. Tenía Vd. sobrada razón para todo, y le doy las gracias por su moderación. Pero como Vd. es tan bueno, no lo extraño: sea Vd. peor como me lo ofreció en Ocaña.